Hace tiempo
estaba por comentar sobre “Maestro Issa” un documental del realizador haitiano
Frantz Voltaire sobre su compatriota, músico, pintor y galerista Issa El Saieh (1919 – 2005). De El Saieh había escuchado comentarios muy elogiosos de su
amigo Bebo Valdés* y poco más. El documental sirve no solo de introducción a la
carrera musical de un descendiente de libaneses que a mediados del siglo pasado
revolucionó la música haitiana modernizándola creando un famoso jazz band con
el que introdujo en Haití el jazz y el mambo. Llega un momento en el que el
documental se desentiende de la historia del músico para sumergirse en la de la
música haitiana, su evolución durante la primera mitad del siglo XX y su
intenso intercambio con la música cubana. Allí se habla de la existencia de un
género, el meringue lento, ya casi en extinción muy similar al danzón cubano,
del paso de las contradanzas francesas al Oriente cubano a través de Haití o el
trasiego de ritmos del vudú que dieron origen a la famosa tumba francesa.
Uno de los
músicos de El Saieh, Raoul Guillaume, recuerda cómo en algún momento se acusó a
su maestro de imponerle a los haitianos la música cubana, de extranjerizarla a
pesar de haber escarbado a profundidad las raíces del país donde tuvo que ser a
un tiempo su Fernando Ortiz y su Pérez Prado, estudioso y creador de cultura.
Su antiguo saxofonista alto lo defiende diciendo que debía recordarse que El
Saieh al acercarse a los géneros cubanos no hacía más que volver sobre una
música sobre la que la haitiana tiene alguna paternidad. Eso me recuerda el
argumento de Ali Farka Touré cuando se le echaba en cara tocar blues respondía
que cómo se le podía recriminar por tocar una música que les pertenecía. Un
modo elegante de resistirse a los viejos y siempre tristes argumentos de los
que no aceptan más allá de los límites de su aldea de puro miedo. Miedo a
perderse para siempre.
Abajo un
fragmento del documental donde se habla del intenso intercambio musical entre
Cuba y Haití con subtítulos en francés.
Y para que quiera
ver el documental completo en creole pueden ver a continuación la primera y segunda partes.
*Bebo describe su estadía en Haití como una experiencia maravillosa: "Primero por mi amigo Issa El Saieh, que era una persona divina. Tocaba el
saxofón y era un arreglista muy bueno, casi diría que escribía mejor que
tocaba. Venía de una familia rica, se había educado en Estados Unidos y conocía
a músicos como Dizzy Gillespie. En Haití pude descubrir ritmos africanos que no
estaban en Cuba, o que eran distintos. En todos esos mares del Caribe hay
todavía muchas cosas inéditas, por descubrir. Fue para mí una gran experiencia.
Issa, además, fue mi amigo hasta que se murió, no hace mucho".
Henry, le mandé el enlace a Frantz y a Raúl Colón. Me alegra saber que viste el documental. Abrazo.
ResponderEliminarEnrisco, esto no tiene que ver con tu post, pero no se como enviartelo:
ResponderEliminarhttp://www.elnuevoherald.com/2012/09/12/1298814/campesino-cubano-envasa-gases.html
Te recomiendo lo leas hasta el parrafo final (lo mejor) y despues los imperdibles comentarios...
Quizas tu puedas poner un post sobre esto.
Waffer
Siguiendo la tradición te hago notar que el contador del blog ha pasado el millón de visitas. ¡Felicidades! Y como no en balde trabajo como analista no pude contenerme a hacer un ligero análisis y ver que si tu público no es marcadamente creciente al menos somos consistentes. Para la primera mitad del millón nos tomó poco más de dos años y ocho meses, esta segunda mitad la logramos reduciendo en un mes ese tiempo. Y bueno, de aquí a unos cinco años te anuncio el segundo millón.
ResponderEliminarPD: te mando una foto del millón por FB