Sobre
el evento que se ofrecía como una suerte de compensación a la entrega del
espacio de la Biblioteca Pública de Nueva York como tribuna para que Mariela
Castro mintiera sin ser molestada se ha han escrito un par de artículos (Un coloquio en Harlem y Cuba, Miami y la homofobia). Abajo
resumo lo que más me llamó la atención tratando de evitar repetir a los
anteriores.
-Las
presentaciones telefónicas desde Cuba a cargo de Leannes Imbert Acosta e Ignacio Estrada llamaban la atención por el tono mesurado
y concreto con que exponían sus preocupaciones. No pretendían ser disidentes e
incluso Leannes Imbert habló de sus intentos de colaborar con el CENESEX pero al
parecer basta no supeditarse dócilmente a la institución que preside Mariela
Castro para que se conviertan en enemigos de todo lo bueno que hay en ese país que
para conveniencia de los que quieran localizarlo lleva siempre el mismo
apellido.
-De
la intervención de Achy Obejas –abarcadora, profunda, divertida- si debo elegir
algo me quedaría con la sensibilidad con que supo describir su condición de privilegiada
en el tiempo que residió –ese verbo tramposo- en Cuba y cómo al describir la
tolerancia de sus parientes en la isla hacia su homosexualidad no dejó de
recordarle a la audiencia que ella era la que llevaba los regalos. También
habló en extenso del CENESEX aclarando que se trataba de una institución creada
por la FMC cuya presidenta mientras vivió fue precisamente la madre de Mariela
Castro. Esto hace que el cargo de esta última de directora del Centro Nacional
de Educación Sexual sea estrictamente hereditario. Recordó además que tanto la
condición de sexóloga profesional de la Castro como la aproximación primordialmente
clínica de la institución a la homosexualidad dejaba fuera su dimensión social
y legal. Que eso explicaba por qué fuera más fácil que los homosexuales en Cuba
pudieran someterse gratuitamente a una operación de cambio de sexo a que
pudieran hacer respetar sus derechos.
-Me
pareció en cambio preocupante la actitud de los académicos norteamericanos más
allá de sus intenciones que supongo buenas –tanto, me dirán, como las que rigen
la pavimentación de las carreteras que llevan al infierno cubano. Alguna vez
deberían entender que buscar equilibrios entre el verdugo y la víctima no
supone ser justo, que buscar matices en la opresión cuando ésta todavía sigue
vigente es cuando menos una clara muestra de insensibilidad humana e
intelectual. Como si de lo que se tratara fuera de analizar la especial propensión
de la subespecie cubensis a la homofobia y no –a juzgar por el título del
evento- de las condiciones de vida de los homosexuales en Cuba bajo un régimen
que ayer los reprimió con saña y hoy –disminuyendo la represión casi hasta los
niveles que se ejerce contra cualquier compatriota- los manipula en sus
campañas internacionales de relaciones públicas.
-Los
cubanos, vivan donde vivan tenemos graves problemas para ejercer la tolerancia
sexual o de cualquier tipo pero sospecho que se deba menos a la herencia
española o africana que a más de medio siglo de totalitarismo machista
leninista. Incomoda la insistencia etnográfica y antropológica de la academia
norteamericana hacia los cubanos –sean homosexuales
u homófobos, estibadores o artistas- como si los cubanos actuales vivieran
fuera del Tiempo y de la Historia. Como si olvidaran que lo que nos hace
definitivamente humanos son justo el Tiempo y la Historia. Muchos van a Cuba como
quien entra en un barracón interesado únicamente por la música que producen los
esclavos cuando les permiten descansar. No debe sorprendernos la banalidad de
sus resultados incluso cuando sólo de música se trate. Les ocurre como al Juan
Dahlmann de Borges cuando acarició un gato para darse cuenta “mientras alisaba el negro pelaje, que aquel
contacto era ilusorio y que estaban como separados por un cristal, porque el
hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad,
en la eternidad del instante”. El contacto de esos académicos es igual de ilusorio sobre todo porque no acaban de entender, como sí lo reconoció Achy Obejas, que al fin y al cabo ellos son los que llevan los regalos. Pero la principal diferencia de estos académicos con Juan Dahlmann es que son ellos los que
en nombre de su ciencia -y de las visas que necesitan para que los dejen entrar
de nuevo- colaboran en negarle a los cubanos el tiempo y la sucesión. Seguramente a su pesar -como Mariela Castro con sus travestis- al
asumir con tanta naturalidad la carencia de derechos de los cubanos estos van siendo reducidos a biología y folclor.
-Puede
parecer exagerado achacar tantas culpas a actitudes basadas en la ligereza y la
frivolidad pero si todos los males del mundo se alimentaran únicamente de
crueldad y perversión Lucifer no sería más que un pobre diablo.
-“Por aquellos días se decía que el Ojo Silva era
homosexual. Quiero decir: en los círculos de exiliados chilenos corría ese
rumor, en parte como manifestación de maledicencia y en parte como un nuevo
chisme que alimentaba la vida más bien aburrida de los exiliados, gente de
izquierda que pensaba, al menos de cintura para abajo, exactamente igual que la
gente de derecha que en aquel tiempo se enseñoreaba de Chile” cuenta Roberto
Bolaño en “El Ojo Silva”. Sin embargo, entender las limitaciones de sus
compañeros de exilio no le bastaba a Bolaño para atenuar el horror de Pinochet.
-Todos los exilios, por progresistas que se
pretendan –ante la memoria enquistada en la vida que se vieron forzados a
abandonar- terminan siendo patéticamente conservadores en los detalles más
elementales que son a la larga los únicos que importan. El exilio cubano, que
no se pretendía progresista aunque muchos de sus integrantes lo fueran porque,
al fin y al cabo, habían sido expulsados del futuro, no tiene por qué ser una
excepción. Luego de medio siglo de asentamiento ya saben que sus problemas reales
e inmediatos pertenecen menos a la vida cubana que a la norteamericana, la
mexicana o la española y que sus límites dependen de las leyes de los países en
que transcurren, no de las que sueñan para su país de nacimiento.
[La intervención de Mabel Cuesta, que fue la
única integrante del panel que leyó su ponencia, la publicaré dentro de unas
horas]
No he leído crítica más contundente a la aproximación blandengue de muchos académicos norteamericanos. Pero vale recalcar que hay mucho trabajo antropológico y etnográfico que sí considera la sociedad cubana bajo Castro como una instancia de los estragos de la modernidad, en este caso de lustre leninista, como dices.
ResponderEliminarUna corrección: es Obejas, no Ovejas.
claro que no me refiero a todos. es una generalizacion de una practica que por suerte tiene excepciones. gracias por la correccion
ResponderEliminar" Como si de lo que se tratara fuera de analizar la especial propensión de la subespecie cubensis a la homofobia "
ResponderEliminarEn el clavo diste una vez más. Una mentira repetida...bueno, ya sabemos el resto.
La Heredera y sus congueros repiten y culpan a la homofóbica "exclusividad cubana", una de los tantos elitismos que nos inventamos para sentirnos especiales. Yo, que nunca estuve en ningún closet- quizás por estar repleto ya o por mi aversión a los guetos- me sorprendo ante tanta mentira. Me hice adulto en Cuba pero he vivido más de la mitad de mi vida fuera de ella y trotando por el mundo. Pocas sociedades he conocido tan tolerantes con cualquier sexualidad como la cubana. La homofóbica subespecie cubensis fue instigada y obligada por Política de Estado a rechazar, condenar, y hasta matar, a los homosexuales. Esta especie de exorcismo protagónico de La Heredera, incluyendo coreografía de "drag queens", me resulta espeluznante por lo bochornoso de la mentira. Para colmo, quiere poner a los homosexuales en la única escena donde ella los acepta: divirtiendo entre lentejuelas y doblando a Pimpinela.
Amigo Enrisco, hoy he conocido por una amiga de su último artículo
ResponderEliminar("La mano y el gato") y aunque no soy un intellectual, pues mi labor es
como plastic, me he decidido a comentar pùblicamente con usted algunas
de sus afirmaciones. Como bien señala, las mismas nos interpelan a
todos los cubanos de una manera u otra ( yo soy de los que viven del
lado de la isla). Creo que no es necesario señalar que sé muy bien
quién es quien trae los regalos, cuál es, por qué es, cómo es, la
situaciòn de los homosexuales en este paìs, y el papel que juegan el CENESEX y su directora en todo esto. Tambièn como buen cubano conozco nuestra forma de ver, enfrentar, aceptar o
no, discriminar y tratar la homoxesualidad y discrepo en su afirmaciòn
de que "se deba menos a la herencia española o africana que a más de
medio siglo de totalitarismo machista leninista". Parece que usted o
falta de este paìs hace mucho tiempo y la memoria comienza a fallarle
o es demasiado joven para haber conocido la situaciòn de este grupo
hace 50 años atràs. Si en este momento existen, como usted señala, "...
condiciones de vida de los homosexuales en Cuba bajo un régimen que
ayer los reprimió con saña y hoy –disminuyendo la represión casi hasta
los niveles que se ejerce contra cualquier compatriota... " creo que
algo se ha ganado. Tambièn creo que no todas las intenciones sean
polìticas y si muchas de ellas sinceras a pesar de que como tambièn
menciona "... los manipula en sus campañas internacionales de
relaciones públicas." Es hora de que empecemos tambièn a ver el vaso
medio lleno y no medio vacio, pues por mucho que podamos argumentar (y
en gran cantidad de oportunidades con mucha razòn) todo lo que usted
señala de innoble en la situaciòn, tambièn hay que reconocer que por
primera vez la homosexualidad está siendo tratada no como una aberraciòn, anormalidad, conducta
antisocial, enfermedad o qué sé yo cuántos disparates,sino como lo que es,
continua...
una preferencia, un gusto, una decisiòn, una inclinaciòn que hay que
ResponderEliminarrespetar, entender y aceptar como algo absolutamente normal.
"Puede parecer exagerado achacar tantas culpas a actitudes basadas en
la ligereza y la frivolidad pero si todos los males del mundo se
alimentaran únicamente de"... polìtica, Lucifer no sería más.
Basta de darle un carácter político a todo lo relacionado con Cuba.
Por otro lado me parece insultante su afirmaciòn de que "Incomoda la
insistencia etnográfica y antropológica de la academia norteamericana
hacia los cubanos... como si olvidaran que lo que nos hace
definitivamente humanos son justo el Tiempo y la Historia. Muchos van
a Cuba como quien entra en un barracón interesado únicamente por la
música que producen los esclavos cuando les permiten descansar." Y es
cierto esto ùltimo, " Muchos van a Cuba..." porque amigo mìo en este
mundo y en esta isla y en la mente de los acadèmicos norteamericanos
no todo es polìtica y no todo se tiene que supeditar a ella, tambièn
es esa mùsica que tan bien supieron hacer esos esclavos y que nos
legaron para disfrutarla y enriquecerla aún más y tantas otras cosas
que conforman esta nación maravillosa que no deja de asombrarnos tanto
a propios como extranjeros. Creo que es hora de que se empiecen a ver
las cosas en su justa medida, que no a todos les interesa la situaciòn
polìtica de nuestro paìs y que aceptemos que a mucha gente ajena por
nacimiento, otras cosas son las que llaman su atenciòn, acabemos de
entender que Cuba es polìtica, sí, pero también es arte , es sociedad,
es historia, es pasarla bien o mal, es familia, recuerdos, gente que
ríe, que llora, que anhela y se quiere , odia, trabaja, vive y todo lo
que se nos pueda ocurrir. A los que les interese la polìtica cubana,
los marcados por ella, los afectados por el sistema que quieran hacer,
continua...
decir, opinar, que lo hagan, tienen todo el derecho del mundo y creo
ResponderEliminarque hacen muy bien en ejercerlo, pero a los que no les interese, a los
que no les guste, a los que tengan miedo a opinar, a los que simplemente
no entienden o no conocen, no hay por qué exigirles que lo hagan, no
hay por qué criticarlos, están también en su derecho a venir y hacer ,
decir, opinar o no, investigar, estudiar, participar o dejar de
hacerlo en lo que , como decimos los cubanos , les dé su real gana. A
eso, mi amigo, es a lo que se le llama democracia, libertad de
pensamiento y expresión y yo soy de los que he aprendido a respetarla,
a admirarla, a tratar de protegerla a toda costa por el valor que
tiene y ahora le voy a decir como decìa mi abuela: "para que el mundo
sea mundo tiene que haber de todo, aunque haya gustos que merezcan
palos".
Espero que mis opiniones sirvan para que nos entendamos un poco mejor
y que la tolerancia comience a ser parte de nuestra manera de pensar.
Solo me queda saludarlo y sepa, sin lugar a dudas, que mis palabras
son para tratar de acercarnos y entendernos; nunca la discrepancia ha
tenido mejores intenciones.
Tony Mendieta Costa.
-Tony. Si nos viene de herencia porque en España en la actualidad se es muchisimo mas tolerante con el tema que en Cuba? Un salto genetico.
ResponderEliminar-Los demas tienen derecho a opinar y yo a opinar de lo que los otros opinan y usted a opinar de lo que yo digo y asi sucesivamente. No veo ningun problema en eso y si lo ve bien tampoco lo vere.
-y que si todos los intercambios se hacen con la decencia de usted bienvenidos sean. saludos.
No esperaba menos, lo dicho: "Espero que mis opiniones sirvan para que nos entendamos un poco mejor...mis palabras
ResponderEliminarson para tratar de acercarnos y entendernos; nunca la discrepancia ha
tenido mejores intenciones."
Mis saludos.