-¿Viste?
Se quedó la hija de Marino Murillo. Cruzó la frontera con México
-Interesante.
¿Y quién es el Murillo ese?
-Algo
así como el jefe de la economía en Cuba.
-Déjame
adivinar. La hija se fue de Cuba por razones económicas.
-No. Si
el padre es el mandamás de la economía sería la misma candela que pedir asilo
político. Se acogió a la ley de ajuste porque quería reunirse con el novio.
-Asilo
sentimental entonces.
-Más o
menos.
-Eso es
bueno. Las nuevas generaciones se van diversificando. Ya no tienen que arrastrar
la culpa de los padres.
-Ni los
padres la de los hijos. Murillo sigue de superministro. Parece que no va a caer
como su tocayo.
-¿Cuál?
-El
Murillo de Berlín.
-No te
hagas el chistoso que seguimos así y ahorita un hijo de Lincoln Díaz Balart se
instala en La Habana y no pasa nada. Dice que se enamoró de una bailarina de
Tropicana y con lo bien colocados que están sus primos seguro que le va bien.
-Bueno,
Carlos Saladrigas era el hijo de un Primer Ministro de Batista y míralo
tratando de meter cabeza.
-¿Por
razones sentimentales?
-No.
Económicas.
-Al
final los únicos que hablan de política en Cuba son los disidentes.
-Pero
no te creas que a esos los acusan de ser mercenarios. De andar en la oposición
por razones económicas.
-¿Y eso
es malo?
-Sí, en
el caso de los disidentes es terrible. Imperdonable.
-¿Y si
se les ocurre inventar la disidencia sentimental?
-Que ni
lo intenten, que nadie se lo va a creer.
Se supone que el escrito debería ser gracioso???
ResponderEliminarCool, men. Te quedo' genial.
ResponderEliminaranonimo: no. por que lo dices?
ResponderEliminarCheito: explicale al anonimo. pero despacito.
Asere anonimo: $$#@^^& vaya !!!
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