Holland Cotter, crítico de The New York Times acaba de publicar un artículo titulado "Politics as Performance, an evolving Art" (La política como performance, un arte en evolución) que ilustra en buena medida con el proyecto de la cubana Tania Bruguera Immigrant Movement International que lleva a cabo desde hace año y medio en Corona, Queens. La conclusión del crítico es bastante clara:
Is it art? Tired question, to which nearly half a century of history responds: yes. For sure, it’s art I’ll be following this summer. Both before and after the Chelsea galleries close for vacation, a lot will be happening in community meetings in Corona, as more ideas for election-year actions are sketched out, then firmed up and filled in, like paintings. How often do you get to see art conceived, refined and finished as you look?
Que sea hecho con medios tradicionales lo invalida para que sea arte? Por supuesto que no. El uso de medios no convencionales resulta suficiente para aceptarlo como arte? Por supuesto que no. Y ahi radica el problema. Mucho de lo que le he visto a Tania Bruguera es arte y del bueno. Otras cosas realmente no lo son. Puro sensacionalismo sin demasiada sustancia.
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