“La Revolución no inventó la homofobia”. “La Revolución no inventó la prostitución”. “La Revolución no inventó la censura”. Si no hasta el infinito (por respeto a las matemáticas) se puede seguir hasta que casi lo parezca. Como si una Revolución tan poco inventiva haya sido en realidad una suerte de continuismo histórico. Una versión entusiasta de la República. O un batistato sin muertos en la calle (porque para matar están las cárceles o los hospitales) ni prosperidad (insultante y desigual, por supuesto). Esa es la última línea de defensa del proceso que pretendió convulsionar el país y ponerlo al frente de Latinoamérica y el mundo. Con el país en coma se defiende una normalidad que la Revolución nunca tuvo ni pretendió. El proceso que no admitía comparación con cualquier fecha anterior ahora se conforma con buscar continuidades y parecidos, normalizar con el discurso un país que estámuy lejos de serlo en la realidad. (Eso entre los defensores más sutiles porque los estentóreos, ya se sabe, quieren convencernos que en 1958 Cuba se hallaba en pleno pleistoceno y la simple existencia de homos erectus profesores de salsa debe parecernos un gran avance). Se habla de la Revolución como si no hubiese aplicado la homofobia de Estado por primera vez en la historia del país, como si antes de ella las graduadas universitarias contemplasen la prostitución como salida laboral, como si Batista hubiera pronunciado sus propias Palabras a los intelectuales: "Con el Indio todo, fuera del Indio nada". Como si la humanidad se hubiese quedado detenido en la década de los cincuenta a la espera de los cambios en Cuba. O como si Revolu fuera en el peor de los casos no más que la continuación de los más arraigados defectos nacionales a los que sus dirigentes, luego de combatirlos durante décadas, se han debido resignar.
Finalmente se te puede linkear. Saludos
ResponderEliminargracias a tu ayuda y a tu insistencia.
ResponderEliminarCierto Enrisco, nuestro Ministerio de la Verdad trabaja incansable...
ResponderEliminarYo lo llamaría Revoluresingación.
ResponderEliminarLa lista de cosas que la Revolu no ha inventado es larga, entre Robespierre, Stalin, Mao y Hitler no le dejaron gran cosa que inventar a QTS. Yo diría que la masa cárnica, en su versión original, quizás haya sido una novedad. El bistec de colcha de trapear y la pizza de condón, así como el picadillo de gofio que es una increíble pero cierta receta de un libro tardío de Nitza Villapol....así de pronto no se me ocurre nada más. Más allá de la castronomía, somos Albania.
ResponderEliminarNo se puede negar que "el censo de menstruantes" es una innovación envidiable.
ResponderEliminarMuy buen analisis Enrisco, si hay algo que agregar a la poca inventiva revolucionaria seria tambien en el campo gastronomico. Aparte del bistec de colcha de trapear, en la Isla de Pinos a algun sesudo le dio un ataque epileptico de tanto pensar y recogio sus frutos: El bistec de casco de toronjas, todo un manjar.
ResponderEliminarTambien an~adimos que El Repudio fue y es un exquisito refinamiento de el progrom ruso y la glassnatch hitleriana...vamos que hay que darle algun credito a la Robo y a la alcurniada Fam. Cagastro, de tanto grajo sudado en La Plaza de La Hijaputacion algo "progresivo" tendria que salir...
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