El artista Geandy Pavón publica esta nota sobre un tema que los locutores de noticieros llamarian "de quemante actualidad":
La Guapería y el Silencio: Los artistas cubanos y el apoliticismo
Es paradójica la bravuconería con que algunos de nuestros artistas defienden su derecho a ser cobardes, reprochando a la prensa libre una simple pregunta mientras, sin cuestionarlo, asumen un silencio y una neutralidad impuestos por un gobierno que antes exigía militancia y ahora mutismo. En resumen, lo que estos artistas piden es su derecho a la indignidad.
El viejo anatema se ha fragmentado, ya no importa el “dentro de la revolución todo;” lo que ha sobrevivido de aquella frase es su ruina: “contra la revolución nada.”
En Cuba ha comenzado un proceso de destotalitarización, pero a este proceso no lo sigue la democratización del país, sino su fase de dictadura. En la etapa totalitaria se exigía militancia, en esta nueva etapa, complicidad disfrazada de apoliticismo.
Es cuando menos extraño, por no decir contranatural, que un cubano no tenga opinión sobre algo, pero aparentemente una gran parte de nuestra fauna cultural escapa al estereotipo. Creo que estos artistas han querido confundir la política con tener una opinión política y en más de un caso con el tener simplemente una opinión.
Esta supuesta neutralidad no pasa desapercibida, es una neutralidad aparatosa, falsa, ruidosa y que, llegado el caso, presume hasta de originalidad. ¿Cuál es la novedad? ¿Cobardía disfrazada de hermandad, reconciliación?
Al menos tratemos de definir. ¿Reconciliarnos con quién? Con el pueblo no ha de ser, este exilio ha cumplido con creces su responsabilidad, hasta el ridículo de ser una de las principales fuentes económicas del gobierno, si no la principal.
Es cierto que no tiene nada de original el llamarle a una dictadura, dictadura. También es cierto que aburre la misma cantaleta, pero la culpa no es de quienes hemos decidido llamar las cosas por su nombre. La culpa es de la dictadura y de los que no se atreven a nombrarla, para usufructuar de ella mientras dura.
Los regetoneros a excepción de uno que se tatuó al coma en su brazo se las ven mejor para ir y venir por el puente del intercambio. No opinan ni dan mesas redondas o conferencias para intercambiar ideas (qué ideas). si lo que se hace es música popular al fin y al cabo para qué estos músicos pícaros se enredan en buscar las cuatro patas del gato. Para qué analizar tanto si de lo que se trata es de que ya han resuelto sus vidas. No se puede tener todo a la vez. Por el momento ellos han resuelto:
ResponderEliminar1-Los pasan una y otra vez en la tv y radio oficial
2-hacen conciertos en las escuelas al campo y en cuanta escalinata exista en la isla.
3-se van con una chica joven a la cama en cada noche de locura.
4-satisfacen sus viajes al extranjero y regresan a los pies del ministro.
5-almuerzan en el palacio de las convenciones y desayunan en el tocororo
6-beben alcohol sin responsabilidad, no pagan renta ni manutención de hijos.
Ah, pero van por mas, quieren sistematizar y justificar sus vidas y para colmo crear un movimiento cívico. Me recuerda a los narcotraficantes cuando quieren ir más allá de su trabajo y comienzan las tendencias políticas-humanitarias. O una chica del mundo porno conceptualizando el porqué de sus acciones.
Lo que para nosotros es la verdad ellos ya le han cambiado los nombres a su favor y han construido su verdad medio en broma medio en mareo.
Para qué llamarlos a cordura, para qué.
Para que sean igual a nosotros?
Para que guarden luto por los prisioneros muertos por la tiranía?
Para que sean consecuentes y verdaderos?
Es totalmente inútil. Lo más que podemos pedir es que se callen la boca. Lo mejor que podemos hacer es no ponerle los micrófonos para oír sus opiniones o simplemente no escucharles.
¡¡Bravo por Geandy!!
ResponderEliminarmuy bueno.
ResponderEliminarBárbaro, Geandy, le hiciste una tomografía emocional al neosulacrán cultural criollo.
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