Otra tragedia en cámara lenta parece inminente. El prisionero de conciencia Willman Villar Mendoza continúa en estado crítico dice Diario de Cuba. Los médicos le anuncian a la esposa que “no dan esperanzas”. Y encima se da la noticia de un gran operativo policial en torno al hospital santiaguero donde se encuentra tras más de cincuenta días de huelga de hambre. Un cuadro demasiado conocido como para ignorar que el desenlace está demasiado cerca. Ojalá me equivoque. Que se trate de una falsa alarma y no de un muerto más que necesita el régimen para seguir con vida. Porque no se llamen a engaño: sabe que los amagos de cambios nunca serán suficientes, que tendrá que estirar su existencia muerto a muerto.
Que se puede hacer?
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