Hace un tiempo publicaba un fragmento que me habían enviado por correo de un discurso de Martí, el del 10 de octubre de 1887 en el Masonic Temple en Nueva York. Allí el orador desgranaba un grupo de razones por las que en aquellos momentos no se debía visitar a Cuba, razones que podrían resumirse en la repugnancia a “Ver a un pueblo entero, a nuestro pueblo, en quien el juicio llega hoy a donde llegó ayer el valor, deshonrarse con la cobardía o el disimulo”. Pero es injusto –con la verdad y con nosotros mismos- no insistir en que a continuación de su diatriba Martí matizaba la situación de sus compatriotas en la isla con este párrafo:
Pero no estamos aquí para censurar a nuestros hermanos en desdicha, a nuestros hermanos mayores en desdicha, porque el valor que necesitan para soportarla es más que el que para esquivarla demostramos nosotros: no estamos aquí para suponer en ellos, con necia arrogancia, la falta de virtudes que sean nuestro patrimonio exclusivo: ¡yo las he visto brotar bajo aquella opresión con tanto brío, con más brío a veces, que el que cabe ya en nuestras almas fatigadas! Astros apagados ya para nosotros, en el fuego de la libertad que consume los astros, todavía son para ellos soles: el amor a la patria, que es en nosotros inquebrantable juramento y melancólica constancia, es en ellos asomo de aurora y épico frenesí: ¡por cada uno que cae en vileza, hay dos que se avergüenzan de él! (…) ¿Quién cuenta desde aquí las almas que allá acarician, con el fervor creciente por la ofensa diaria, los mismos deseos de que sólo los presuntuosos entre nosotros pueden suponerse únicos depositarios? ¿Quién no oye lo que se dicen aquellos puños cerrados, aquellos labios mordidos, aquellas mejillas encendidas? ¿Quién no se enorgullece, como si fueran suyas propias, de las virtudes, de la inteligencia singular, de los hábitos de trabajo, de la facilidad magnífica para todo lo bello y difícil de que nuestra patria da prueba pasmosa, surgiendo de aquella llaga que se la come, como de los mismos cerdos muertos surgen con el azul más puro, florones de luz? ¡Todos, todos son nuestros hermanos, nuestra carne, nuestra sangre, lo mismo los que piensan con más tibieza que nosotros que los que han pensado con ineficaz temeridad!Como para los del discurso del pueblo- cobarde- que- tiene- lo- que- se- merece (casi siempre martianos estentóreos) se lo piensen un poco mejor. O para quien le quiera remachar a Martí la condición de profeta frenético comience a entender que tras su retórica bíblica se escondía el político cubano más fino que haya habido nunca.
Oye Enrique... Martí se murió? Porque en realidad este discurso nos retrata inequívocamemte.
ResponderEliminarExcelente articulo Enrrique,realmente
ResponderEliminarnosotros los cubanos en muchas ocasiones obviamos la gran guia del pensamiento politico de Marti;estoy convencido que si lo tuvieramos mas presente muchas de nuestras discrepancias con relacion a la problematica cubana no existirian.
saludos
Excelente articulo Enrrique,realmente
ResponderEliminarnosotros los cubanos en muchas ocasiones obviamos la gran guia del pensamiento politico de Marti;estoy convencido que si lo tuvieramos mas presente muchas de nuestras discrepancias con relacion a la problematica cubana no existirian.
saludos
Genial, sencillamente genial.
ResponderEliminarNada ha cambiado...el cubano sigue siendo el mismo.(con algunas excepciones,claro esta)
ResponderEliminar¡¡GENIAL Martí!!
ResponderEliminarConviene leerlo y releerlo. Todavía tenemos mucho que aprender de él.
Por eso seguirá siendo por los siglos 'el mejor de los cubanos'.
Enrisco con ud se aprende mucho!
ResponderEliminarMartí es como un comprimido de conocimientos, cuantos párrafos necesitariamos para explicar un solo párrafo del maestro!?
Estan geniales los dos pedazos. Pero cuantos en aquellos tiempos (y en estos) habran podido entender lo que decia? No habria hecho falta una ilustracion superior a la media para seguir las ideas del Maestro? Si, el politico mas fino pero para quienes? Que poder de convocatoria habria tenido?
ResponderEliminarOmar
ese hombre se invento una guerra donde no la habia, cuando lo que estaba sobre el tapete era la reforma autonomica asi que algun poder de convocatoria tendria.
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