-Riiiiing
-Dime.
-¿Tú sabes dónde podría conseguir extintores?
-¿Has buscado en la shopin?
-Pero los que yo necesito son de los grandes, los que se usan en las fábricas.
-Tienes suerte porque a un socio mío lo hicieron jefe de los bomberos de La Habana. La verdad es que él habría preferido que lo pusieran en una corporación.
- Cualquiera lo entiende.
-¿Y para qué tú quieres un extintor?
-¿No has visto las noticias?
-¿De qué tú hablas?
-¿No viste que le quemaron la casa al hijo de presidente de Túnez?
-Si. ¿Y qué? ¿Es vecino tuyo?
-No jodas chico. Pero estaba pensando que si aquí pasa algo parecido…
-¿Tú estás loco? Esas cosas no pasan aquí. ¿Cuánto tiempo llevaba el tipo ese en poder?
-Veintitrés años.
-¿No te lo digo? Un principiante.
-Pero así y todo… nunca se sabe.
-¿De qué te preocupas? Aquí todo está bajo control. La prensa, el ejército, los intelectuales, los santeros, el cardenal. Ahorita hasta el Papa nos tira un cabo.
-¿Y la gente?
-La gente tranquila para que los dejemos salir. O entrar. Y el que se quede sabe cuáles son las reglas del juego: si se mueve no sale en la foto.
-De todas maneras. Es que esto del capitalismo me pone nervioso. Y además, acabo de pintar la casa que me compré y no quiero que me la descascaren.
-Mira, vamos a llegar a un arreglo. Yo te consigo los extintores con mi socio y tú me consigues la pintura.
-Trato hecho.
-Y una cosa más. Para la próxima no hablemos de estas cosas por teléfono que eso sí me pone nervioso.
-No te preocupes, el encargado de supervisar las comunicaciones en ETECSA es mi hijo Reynaldo.
-¿Rey? Vaya, felicidades. Pero así y todo.
-Es verdad. Así y todo.
-Dime.
-¿Tú sabes dónde podría conseguir extintores?
-¿Has buscado en la shopin?
-Pero los que yo necesito son de los grandes, los que se usan en las fábricas.
-Tienes suerte porque a un socio mío lo hicieron jefe de los bomberos de La Habana. La verdad es que él habría preferido que lo pusieran en una corporación.
- Cualquiera lo entiende.
-¿Y para qué tú quieres un extintor?
-¿No has visto las noticias?
-¿De qué tú hablas?
-¿No viste que le quemaron la casa al hijo de presidente de Túnez?
-Si. ¿Y qué? ¿Es vecino tuyo?
-No jodas chico. Pero estaba pensando que si aquí pasa algo parecido…
-¿Tú estás loco? Esas cosas no pasan aquí. ¿Cuánto tiempo llevaba el tipo ese en poder?
-Veintitrés años.
-¿No te lo digo? Un principiante.
-Pero así y todo… nunca se sabe.
-¿De qué te preocupas? Aquí todo está bajo control. La prensa, el ejército, los intelectuales, los santeros, el cardenal. Ahorita hasta el Papa nos tira un cabo.
-¿Y la gente?
-La gente tranquila para que los dejemos salir. O entrar. Y el que se quede sabe cuáles son las reglas del juego: si se mueve no sale en la foto.
-De todas maneras. Es que esto del capitalismo me pone nervioso. Y además, acabo de pintar la casa que me compré y no quiero que me la descascaren.
-Mira, vamos a llegar a un arreglo. Yo te consigo los extintores con mi socio y tú me consigues la pintura.
-Trato hecho.
-Y una cosa más. Para la próxima no hablemos de estas cosas por teléfono que eso sí me pone nervioso.
-No te preocupes, el encargado de supervisar las comunicaciones en ETECSA es mi hijo Reynaldo.
-¿Rey? Vaya, felicidades. Pero así y todo.
-Es verdad. Así y todo.
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