Hoy cumpliría 67 años el escritor cubano Reinaldo Arenas una figura casi única –en la literatura cubana- por dos razones: por encarnar de manera muy original el papel del escritor- héroe- mártir y por esa pulsión por escribir que no lo abandonó hasta su último instante. Y esos, curiosamente, son rasgos que comparte con José Martí, tan difícil de asociar con Arenas en otras tantas cosas. Su cumpleaños me lo recordó el crítico y poeta puertorriqueño Juan Carlos Quintero Herencia quien también me envía este poema de Arenas.
En el cumpleaños de Arenas, un poema materialista
Aportes
Carlos Marx
no tuvo nunca sin saberlo una grabadora
estratégicamente colocada en su sitio más íntimo.
Nadie lo espió desde la acera del enfrente
mientras a sus anchas garrapateaba pliegos y más pliegos.
Pudo incluso darse el lujo heroico de maquinar pausadamente
contra el sistema imperante.
Carlos Marx
no conoció la retractación obligatoria,
no tuvo por qué sospechar que su mejor amigo
podría ser un policía,
ni mucho menos, tuvo que convertirse en policía.
La precola para la cola que nos da derecho a seguir en la cola
donde finalmente lo que había eran repuestos para
presillas ("¡Y ya se acabaron, compañero!")
le fue también desconocida.
Que yo sepa
no sufrió un código que lo obligase a pelarse al rape
o a extirpar su antihigiénica barba.
Su época no lo conminó a esconder sus manuscritos
de la mirada de Engels.
(Por otra parte, la amistad de estos dos hombres
nunca fue "preocupación moral" para el estado.)
Si alguna vez llevó una mujer a su habitación
no tuvo que guardar los papeles bajo la colchoneta y,
por cautela política,
hacerle, mientras la acariciaba, la apología al Zar de Rusia
o al Imperio Austrohúngaro.
Carlos Marx
escribió lo que pensó,
pudo entrar y salir de su país,
soño, meditó, habló, trabajó y luchó,
contra el partido o la fuerza oficial imperante de su época.
Todo eso que Carlos Marx pudo hacer pertenece ya
a nuestra prehistoria.
Sus aportes a la época contemporánea han sido inmensos.
(La Habana, junio de 1969)
Reinaldo Arenas, Inferno. Poesía completa. Barcelona: Editorial Lumen, 2001.
y aquí estamos, en la misma encrucijada y ante los mismos problemas. Veinte, cuarenta, sesenta años después. Y resulta que el tiempo cubano no es cíclico como pudiéramos pensar después de ver esto, mas bien nuestro tiempo es liquido, yo diría que una especie de melaza para ser mas consecuente con la cubanía.
ResponderEliminarBravo por este sencillo homenaje a Reinaldo Arenas. El poema es una vivida expresión del espíritu rebelde del escritor. Una persona de vasta inteligencia y sensibilidad, muy adelantada a su tiempo, a su mundo alucinante. Saludos.
ResponderEliminarMI
Los invito:
ResponderEliminarhttp://losrelatosdemauricesparks.blogspot.com/2010/07/los-rostros.html
Gracias.