Hay muchos cubanos que prefieren no hacer declaraciones públicas contra el gobierno cubano, o participar en protestas o firmar cartas. En muchos casos si no se atreven no es porque carezcan de opiniones fuertes y claras sobre el régimen de su país; o porque no crean en la eficacia de hacerlo. Simplemente ante la disyuntiva de decir lo que piensan o conservar sus contactos con la familia en Cuba escogen -como cualquier otro ser vivo- la opción menos dolorosa.
¿Cómo no entenderlos? Nada suena más juicioso después de haber crecido bajo un régimen que siempre exigía poner al sistema y su ideología por delante de su familia. Elegir la familia es también rebelarse contra ese sistema de valores que antepone siempre lo público a lo privado. Pero es inevitable –cuando la realidad empieza a perseguirte, a escupirte en la cara- que esa decisión más o menos autónoma se parezca demasiado a aceptar un chantaje. Que el silencio que alguna vez vimos como liberación del barullo del que quisimos escapar se convierta en humillación cotidiana. Es entonces cuando muchos deciden salir del closet político. Que todo el mundo sepa exactamente como pensamos. Aunque al mundo no le interese. A nosotros sí nos interesa decírselo.
Y no se trata bligatoriamente de una nueva elección entre lo público y lo privado. En la protesta del domingo había quien en una semana visitará a su familia en Cuba (“¿quieres que le lleve algo a alguien?”) pero se sobrepusieron al miedo a caer en alguna lista negra. En parte porque presienten que la lista negra se va ensanchando al punto que muy pronto dejará de tener sentido. En parte porque creen que de tener que escoger perderían una parte importante de sí mismos. Y luego está la satisfacción que acompaña la salida de cualquier closet: la de librarse del bochorno de negarse a sí mismo, ser lo que se es a plena luz. La experiencia –me lo confirmó la sonrisa de uno que manejó casi cuatro horas para unírsenos en Times Square- vale la pena.
¿Cómo no entenderlos? Nada suena más juicioso después de haber crecido bajo un régimen que siempre exigía poner al sistema y su ideología por delante de su familia. Elegir la familia es también rebelarse contra ese sistema de valores que antepone siempre lo público a lo privado. Pero es inevitable –cuando la realidad empieza a perseguirte, a escupirte en la cara- que esa decisión más o menos autónoma se parezca demasiado a aceptar un chantaje. Que el silencio que alguna vez vimos como liberación del barullo del que quisimos escapar se convierta en humillación cotidiana. Es entonces cuando muchos deciden salir del closet político. Que todo el mundo sepa exactamente como pensamos. Aunque al mundo no le interese. A nosotros sí nos interesa decírselo.
Y no se trata bligatoriamente de una nueva elección entre lo público y lo privado. En la protesta del domingo había quien en una semana visitará a su familia en Cuba (“¿quieres que le lleve algo a alguien?”) pero se sobrepusieron al miedo a caer en alguna lista negra. En parte porque presienten que la lista negra se va ensanchando al punto que muy pronto dejará de tener sentido. En parte porque creen que de tener que escoger perderían una parte importante de sí mismos. Y luego está la satisfacción que acompaña la salida de cualquier closet: la de librarse del bochorno de negarse a sí mismo, ser lo que se es a plena luz. La experiencia –me lo confirmó la sonrisa de uno que manejó casi cuatro horas para unírsenos en Times Square- vale la pena.
Hablando de cubanos dignos y valientes...
ResponderEliminar>> ¡¡ATENCIÓN!! <<
Guillermo Fariñas hospitalizado -hoy 3 de marzo- tras quedar inconsciente.
well said.
ResponderEliminaren definitiva, la protesta era por todos los zapatas.
Enrisco, me retrataste. A pesar que no pude ir a NY, por la distancia que me separa. Era de los ambivalentes, de lo que tiene miedo, pero al ver lo que le paso a Zapata, me dio el impulso final para salir del Closet y me uni a todas las campanas por Facebook y otros medios. Fueron muchos annos de vivir en dictadura y parece ser que aun tengo el vigilante en el oido (como Pepe Grillo) autolimtandome, pero como bien dices, cada dia somos mas los que estamos dando la cara, pues ya no se trata de asuntos aislados es todo un pueblo el que esta sufriendo y pagando las consecuencias.
ResponderEliminarAl fin abri la puerta del closet ,definitivamente sali para no volver a sus gavetas .Mi nombre es Reinerio Ramírez Pereira, C.I. 61101718882. Habanero por naturaleza ....
ResponderEliminarhttp://evidenciascubanas.blogspot.com/2010/02/testimonio-de-reinerio-ramirez-pereira.html
Mi nombre es Reinerio Ramírez Pereira, C.I. 61101718882. Habanero por naturaleza y ....
ResponderEliminarhttp://evidenciascubanas.blogspot.com/2010/02/testimonio-de-reinerio-ramirez-pereira.html
Tambien hay que salir del closet y despues regresar a Cuba a ver a la familia. No hay de malo en eso. Lo que sucede es que a algunos no los dejan entrar. Son selectivos en esto. Pero mientras hayas mas y mas que pierden ese miedo, como dices, mas dificil le va a resultar al gobierno cubano negarles la entrada.
ResponderEliminarCada cual reacciona segun sus luces , verdad ? .Orgullo que siento por ser YO , unico , irrepetible .
ResponderEliminarSaludos .
Es un tema muy difícil. Hay que estar dispuesto a no ir a Cuba y yo esa decisión no puedo tomarla. Así de sencillo.
ResponderEliminarA veces me contengo, muchas veces no me contengo y digo lo que pienso (incluso en lugares que se que son controlados y no es anónimo), pero hoy, ahora mismo, no haría lo que hacen muchos de ustedes porque yo necesito ir a Cuba, por muchas razones.
Sé que estoy cediendo al chantaje y eso me molesta muchísimo, pero por otro lado, mi vida no es solamente la política (consciente estoy también de que no he pasado por nada critico que me haga hacer lo contrario). Me solidarizo, blogueo cuando lo creo conveniente, me preocupo, me encabrono, me sube la presión, pero no dejare de ir a Cuba. Y no entiendo como hay cubanos que nos echan eso en cara (no estoy hablando de este post).
Pero quizás es que yo soy bien sentimental y, por otra parte, me parece suficiente dolor no vivir cerca de la gente que quiero, para además no verlas nunca. Eso es mucho más importante para mí al final del camino.
Liset
Lisetd , te entiendo .Te respeto .
ResponderEliminarRey .