[La imagen tomada del sitio www.cubalinda.es]
Nadie debería disputarle al castrismo su aplastante victoria a lo largo de este medio siglo. Poco importa cuáles hayan sido sus objetivos aparentes hace 50, 40, 20 o diez años porque el sentido de sus acciones define qué es lo que ha sido para el castrismo primordial y lo que es secundario o, llegado el caso, hasta inconveniente. Y en ese objetivo básico, la búsqueda y conservación del poder, el castrismo ha triunfado en toda regla. Regatearle esa victoria aferrándose a esta o aquella promesa es mero ejercicio retórico.
Algo distinto es determinar quién carga con la derrota. Difícilmente lo puede ser Estados Unidos cuyas altas y bajas poco han dependido de su relación con un país que hace mucho tiempo ha dejado de ser un factor de peso en su política exterior. Tampoco parece serlo el exilio que pese a la frustración de su anhelo de asistir y hasta contribuir al entierro de la dictadura ha conseguido ser una de las comunidades más exitosas en los Estados Unidos a nivel económico, social y político. Se me hace difícil ver como derrotados a los que han conseguido darse a ellos y a su descendencia una existencia libre y próspera.
Algo han perdido pero casi siempre en mucha menor medida que aquellos que quedaron a expensas del régimen de la isla. No en balde una de las quejas más persistentes de los habitantes de la isla es el trato discriminatorio que se les da en comparación a cualquier recién llegado, incluidos aquellos que ayer fueran despedidos como traidores. Y el único derecho que los distinguen de los que se marcharon es precisamente el de residir en la isla, el mismo al que tantos quieren renunciar.
Porque justamente el gran derrotado del castrismo es el país contra el cual se hizo la revolución. El país que se ha hecho progresivamente inhabitable y ha perdido todo atractivo incluso para los vecinos históricamente más pobres, los jamaicanos y haitianos, que hace mucho lo descartaron como su tradicional destino migratorio. El gran derrotado del castrismo es el país que ha perdido el 20% de su población, por ciento que en buena parte corresponde a la porción más preparada, activa y emprendedora. El que ha visto a la mayor parte de las familias partidas en dos por décadas para luego confirmar el sin sentido de tanta separación. El país vencido es ese que ha visto sus ciudades carcomidas por la desidia y las restricciones absurdas y sus campos progresivamente estériles y desolados. El que ha visto cómo la vida cotidiana de la amplia mayoría de la población es convertida en mera supervivencia. El que en los últimos cincuenta años ha caído de los primeros lugares en América Latina de casi cualquier indicador que mida la prosperidad a niveles que nunca imaginó. El que ha mantenido un puñado de renglones en niveles similares a antaño al precio inconcebible de la miseria y la pérdida de la libertad de sus ciudadanos.
Y no hay que limitar la libertad, supuestamente abstracta, al derecho a votar o a opinar. Los médicos y los deportistas, principales sostenes de dos de los supuestos grandes logros de la revolución son tratados, literalmente, como esclavos. Y cuando se escapan reciben el mismo trato que los antiguos cimarrones: abierta o sutilmente, el gobierno se vengará en aquellos que han dejado atrás. No deja de haber triunfadores individuales dentro del territorio conquistado por el castrismo pero cada triunfo individual, legítimo o no, puede detectarse por la espesura de las barreras de todo tipo que han debido levantar para protegerse de un país en ruinas. No hay que esperar a la próxima gran competencia deportiva o la votación en la ONU sobre derechos humanos o el embargo para saber quién ha sido el gran derrotado.
Que gran verdad, y que bien expresado. Los "humildes" como dice hoy Yoani, parafraseando aquella frase bonita pero vacía con la que engatusó a ese pueblo al que despojó de todo, aobliendo la propiedad privada en nombre de la igualdad social sólo para convertirlos en siervos de crueles señores feudales. Gracias por esa claridad con que lo expresas. Ojalá que termine pronto el calvario del pueblo infeliz.
ResponderEliminarwao man, te la comiste
ResponderEliminarya no vale decir, ojala eso termine pronto, ojala le llegue el final...
ya, se acabo, finito, cero, ellos han derrotado un modo de vida y han creado un modo de sobrevivencia y me temo que aunque se hagan variaciones ya no habra nunca mas en esa isla un modo de vida pues los que lo desean simplemente se van. nos vamos. y desde aqui no se puede luchar con aliados sobrevivientes de la otra orilla.
Excelente post, Enrique, aunque la conclusión habría que repensarla. Si la competencia era por la toma y conservación del poder, el castrismo ha sido el ganador y sus opositores políticos hemos sido los perdedores, por más libres y prósperos que seamos en el exilio. Sobre todo libres… El país, aunque haya sufrido terribles daños colaterales, no estaba en la competencia.
ResponderEliminarRetomando tu argumento con esta variación, podría decirse que la victoria del castrismo y la derrota del anticastrismo ha resultado en una pérdida neta para el país. Esto necesita algunas precisiones, pero, en términos generales, me parece cierto.
Disculpa Salcedo pero creo que el pais si estaba en la competencia para muchos de los que apoyaron al castrismo, que dedicaron su vida aquello, de los que los sotuvieron y en buena medida lo hicieron funcionar. las decepciones de estos son claros indicadores de esa derrota. por otro lado el anticastrismo reune demasiada gente distinta con objetivos contrapuestos: desde la Rosa Blanca al MNR, de la Brigada 2506 al 30 de noviembre. de Vladimiro Roca u Oscar Elias Bicet a Licoln Diaz Balart. de Paya a Vigilia Mambisa. el castrismo vencio en lo que respecta al hecho de que los hermanos Castro conservaran el poder todo el tiempo que les ha dado la gana. de la misma manera en que puede decirse que el stalinismo gano en el campo del poder aunque su capacidad oara sobrevivirse a si mismo fue nula. en lo personal han ganado pero pasando de ese limite me es dificil atribuirle cualquier victoria.
ResponderEliminarQuien perdio? perdio el que dedico una vida a esa utopia, perdio el que perdio un minuto o medio siglo en tal tonteteria, perdieron aquellos que lucharon por un pedaso de Europa a la sombra de EU en un enclave a el sol hoy haitianisado (ya esos o estan en asilos o en el cementerio de la 8 y la 32), perdio la esperansa. Conosco a una joven mujer quien hace unos 7 o 8 an~os vio que alli concluia su vida y para aca cogio dejando a unos padres convencidos de la superioridad de El Castrismo como forma de vida (algunos tarde o nunca aprenden), que sabe usted? acabo de oir que los derrotados viejos hace poco llegaron a Miami a estas alturas en sus vidas ahora a limpiar patios y nalgas de otros viejos, esos infelizes si perdieron, yo solo perdi el suen~o de otros.
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