Para los amigos de las estadísticas aquí les pongo un fragmento de un artículo de Andrés Oppenheimer sobre los cambios en Cuba en el último medio siglo. No obstante no todo es tan sombrío. A pesar de que Cuba tiene la menor tasa de conección a internet de América Latina ocupa un dignísimo segundo lugar en el ranking mundial de la represión en internet. Una buena razón para ser optimistas.
Los cubanos de hoy tienen un ingreso per cápita más bajo que gran parte de los países latinoamericanos. Tienen menos televisores, teléfonos, computadoras y automóviles en proporción con su población que la mayoría de los países de la región y figuran en el último lugar de América Latina en porcentaje de personas con acceso a internet, incluso por debajo de Haití.
Y aunque en algunos rubros Cuba sale bien parada, como en la alfabetización y la mortalidad infantil, en otros deja mucho que desear. Cuba, por ejemplo, tiene uno de los índices de suicidio más altos de las Américas.
Antes de hablar de mis impresiones de cuando viajaba con frecuencia a la isla a principios de la década de 1990, veamos las estadísticas concretas.
En el aspecto positivo, Cuba tiene un 99.8 por ciento de alfabetización entre los adultos, uno por ciento más que Trinidad y Tobago, y una tasa de mortalidad infantil de 6 por cada mil nacidos vivos, un poco más baja que la de Chile, según el Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas de 2008. Eso convierte a Cuba en el país con la mejor tasa de alfabetización de adultos y mortalidad infantil en la región.
Sin embargo, según el Anuario Estadístico de la ONU de 1957, Cuba ya estaba entre los cuatro países latinoamericanos con más alfabetizados y con mayor porcentaje de consumo calórico en ese año, así como el índice más bajo de mortalidad infantil de la región. En otras palabras, Cuba ha ascendido tres puestos en la clasificación de alfabetización y ha conservado su primer lugar en el índice de mortalidad infantil.
En lo que respecta al ingreso per cápita, el Informe de Desarrollo Humano de la ONU --la fuente estadística favorita del régimen cubano-- indica que el ingreso per cápita de la isla es $6,000 anuales, aunque la cifra está acompañada por un asterisco que indica que se trata de un cálculo del gobierno cubano y que ``procuramos generar un cálculo más preciso''.
De hecho, Cuba se niega a calcular su ingreso per cápita según las normas internacionales. Lo mismo ocurre con el índice de pobreza. Cuba emplea métodos estadísticos internacionales en los sectores que le conviene, como en algunos rubros de la salud y la educación, pero se niega a hacerlo en áreas en las que no sale bien parada. El informe sobre la ONU deja en blanco el casillero que corresponde a Cuba en el rubro del porcentaje de la población que vive en la pobreza.
''Ni las Naciones Unidas ni ninguna otra institución internacional tienen la menor idea de cuál es el ingreso per cápita o la tasa de pobreza en Cuba porque Fidel [Castro] ordenó que el país usara su propia metodología'', dice Carmelo Mesa Lago, profesor de Economía retirado de la Universidad de Pittsburgh, que desde hace tiempo es uno de los analistas más serios de la economía cubana.
''Las cifras del gobierno cubano no son creíbles, lo que hace que todo el mundo tenga que usarlas con un asterisco o no usarlas en absoluto'', añadió.
Lo que se puede constatar es que el salario promedio de los cubanos es de alrededor de $20 mensuales, según lo han reconocido los medios oficiales, lo que daría un ingreso promedio de $240 anuales.
Incluso si uno quiere darle al gobierno cubano el beneficio de la duda y aceptar su dudosa cifra de ingreso per cápita de $6,000 anuales --que supuestamente toma en cuenta los subsidios a los alimentos, la salud y la educación--, Cuba ocupa el puesto número 21 en Latinoamérica, muy por debajo de países como Argentina, México, y Brasil e incluso por debajo de la República Dominicana, Surinam y Belice, según el informe de la ONU.
Otras instituciones internacionales publican cifras que ofrecen un cuadro aún más sombrío de la Cuba actual.
Mientras que en 1959 Cuba ocupaba el primer lugar de Latinoamérica en el porcentaje de familias con televisores, hoy sólo el 70 por ciento de las familias cubanas tienen televisor, comparado con 97 por ciento en Argentina, 93 por ciento en México, 83 por ciento en El Salvador y 76 por ciento en la República Dominicana, según los Indicadores Mundiales de Desarrollo de 2008 del Banco Mundial.
En lo que corresponde a los teléfonos, sólo 9 por ciento de los cubanos tienen acceso a un teléfono de línea fija y apenas 1 por ciento de la población está suscrita a un servicio de telefonía móvil, según las cifras del Banco Mundial, uno de los porcentajes más bajos de la región, muy inferior al de Honduras.
Lo que es peor, sólo 2 por ciento de los cubanos tiene acceso a internet. En comparación, 27 por ciento de los costarricenses, 10 por ciento de los guatemaltecos y 7 por ciento de los haitianos tiene acceso a internet, según las cifras del Banco Mundial.
Con América Latina no podemos ya competir. Ahora el próximo paso es buscar una victoria contra Eritrea, Somalia, Mozambique o Korea del Norte y así festejar los 50 años de progreso y bienestar.
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