Escribir un blog permite tantear con bastante precisión los límites de nuestra libertad personal. Sin consejos de redacción al que culpar por la no aparición de cierto escrito, o su censura parcial o la determinación de una línea editorial los blogueros debemos enfrentarnos con nuestra propia idea de responsabilidad, lo que nos permitimos escribir y lo que no. Cada cual tiene su propio código bloguer. Yo por supuesto también tengo uno que no es necesariamente el mismo que el que aplico cuando escribo de una manera menos urgente, menos acosado por las contingencias del día a día. No es que me las haya impuesto de antemano pero visto lo que he escrito debo reconocer que estos han sido los límites que me impongo:
1-basado en un principio similar al que adopta Fernando Savater frente a ETA (no escribir una simple frase que pueda ser utilizada por la banda terrorista) evito escribir una simple frase que pueda ser utilizada por el castrismo.*
2-evitar groserías. En principio no tengo nada contra ellas excepto el facilismo. Hay quienes pueden hacer cosas divertidas y creativas (como Álvarez Guedes) pero son pocos y yo no soy uno de ellos.
3-no entrar en el terreno de lo íntimo. Lo personal a veces, lo íntimo nunca, al menos no en un blog. No me parece buena idea que uno se convierta en el Big Brother de sí mismo.
4-reservarme mis opiniones adversas sobre otros blogueros (sobre todos los que cumplan con el punto número uno). Esto tiene un propósito algo más amplio:
5-evitar bretes.
6-evitar ofender gente que quiero y cuyo cariño me es más preciado que cualquier otra diferencia que podamos tener y con las que no tengo contacto suficiente como para intercambiar pausadamente nuestros puntos de vista. Por suerte son pocos, tres o cuatro.
7-evitar mentir a sabiendas, excepto por supuesto, en la ficción.
8-evitar cualquier tipo de patetismo.
* Puede parecer excesivo mi celo anticastrista pero no creo que lo sea. El castrismo, como cualquier otro sistema basado primordialmente en la opresión (comunismo, fascismo, nazismo, idea zuche, etc) lo entiendo como mi negación no ya como animal político sino como ser humano. Sus "logros" no son para mí otra cosa que pretextos para -como diría el Lobo Feroz- oprimirnos mejor. Y su concepto del poder es demasiado exclusivo y estrecho como para convivir con otros que lo cuestionen. Cualquier idea de tolerancia debe tener su límite justo ante aquellos fenómenos que amenazan esa convivencia. Eso no significa no reconocer zonas grises en ese fenómeno complejo que es el castrismo pero para abordar esa zona de ambiguedades prefiero una escritura menos urgente que la del blog. Como dijo Amos Oz en una entrevista: cuando estoy seguro sobre algo escribo artículos o ensayos, cuando no, escribo ficción.
1-basado en un principio similar al que adopta Fernando Savater frente a ETA (no escribir una simple frase que pueda ser utilizada por la banda terrorista) evito escribir una simple frase que pueda ser utilizada por el castrismo.*
2-evitar groserías. En principio no tengo nada contra ellas excepto el facilismo. Hay quienes pueden hacer cosas divertidas y creativas (como Álvarez Guedes) pero son pocos y yo no soy uno de ellos.
3-no entrar en el terreno de lo íntimo. Lo personal a veces, lo íntimo nunca, al menos no en un blog. No me parece buena idea que uno se convierta en el Big Brother de sí mismo.
4-reservarme mis opiniones adversas sobre otros blogueros (sobre todos los que cumplan con el punto número uno). Esto tiene un propósito algo más amplio:
5-evitar bretes.
6-evitar ofender gente que quiero y cuyo cariño me es más preciado que cualquier otra diferencia que podamos tener y con las que no tengo contacto suficiente como para intercambiar pausadamente nuestros puntos de vista. Por suerte son pocos, tres o cuatro.
7-evitar mentir a sabiendas, excepto por supuesto, en la ficción.
8-evitar cualquier tipo de patetismo.
* Puede parecer excesivo mi celo anticastrista pero no creo que lo sea. El castrismo, como cualquier otro sistema basado primordialmente en la opresión (comunismo, fascismo, nazismo, idea zuche, etc) lo entiendo como mi negación no ya como animal político sino como ser humano. Sus "logros" no son para mí otra cosa que pretextos para -como diría el Lobo Feroz- oprimirnos mejor. Y su concepto del poder es demasiado exclusivo y estrecho como para convivir con otros que lo cuestionen. Cualquier idea de tolerancia debe tener su límite justo ante aquellos fenómenos que amenazan esa convivencia. Eso no significa no reconocer zonas grises en ese fenómeno complejo que es el castrismo pero para abordar esa zona de ambiguedades prefiero una escritura menos urgente que la del blog. Como dijo Amos Oz en una entrevista: cuando estoy seguro sobre algo escribo artículos o ensayos, cuando no, escribo ficción.
¡Coño, qué bien me caes! (Oh, perdón por incumplir número dos)
ResponderEliminarUna pregunta personal, Enrisco, ¿qué te motivó a hacer la lista?, saludos.
ResponderEliminarInvito a Sosa a esta finca.
ResponderEliminarYa antes leí en su blog consideraciones sobre el tema blog.
uciel: ayer leia un articulo de un bloguero americano sobre su idea del blog y senti que al margen de las nuevas posibilidades que el le ve al blog faltaban las nuevas limitaciones que uno tiene que asumir: las que uno se impone a si mismo. realmente no son nuevas pero ahora son mucho mejor reconocibles.
ResponderEliminary al primer anonimo. no esta mal un conno de vez en cuando. si me contengo al escribir es para obligarme a buscar palabras mas precisas. saludos.