Leer las noticias hoy fue un ejercicio deprimente. Primero fue enterarme que en el festival de Cannes se glorificaba a un asesino con coartada ideológica. Si hasta ahora había tenido que soportar camisetas del Che por todas partes ese premio a Benicio del Toro por su interpretación del argentino (no dudo que magnífica) viene anunciando que dentro de poco viviremos en el planeta Che Guevara. Y el problema no era la noticia sino como se daba. No parecía que le habían dado el premio por interpretar a un personaje más o menos complejo, más o menos interesante sino por encarnar al superior espíritu del Gran Redentor de Nuestro Tiempo. Luego fue esta noticia sobre la condena a muerte de Mengistu Haile Mariam, el tirano etíope. El problema no era la condena en sí ni que la fuera más bien simbólica pues su amigo Robert Mugabe no estaba dispuesto a extraditarlo sino la propia redacción de la noticia. A continuación la transcribo íntegramente:
Como diría Túpac Amaru, vayamos por partes. La gente más joven no tiene por qué saber que se trata del mismo tipo que mandó a estrangular al emperador Haile Selassie, disolver su cadáver en ácido y enterrar los restos bajo el retrete de su despacho. Ni que asesinó a muchísima gente, entre ella a buena parte de la cúpula de su propio partido. Ni que gracias a su reforma agraria un millón de personas murió de hambre (ya Stalin había probado esa fórmula: al final siempre se le puede echar la culpa a una mala cosecha o a una sequía). O que mientras el mundo entero se movilizaba para enviarles alimentos a los etíopes y cantantes norteamericanos recaudaban 40 millones de dólares con su “We are the World” Mengistu se gastó 200 millones en celebrar el décimo aniversario de su Revolución levantando estatuas de los próceres del marxismo y comprando caviar y champán en cantidades torrenciales. Nada de eso menciona el texto de la noticia. Lo único que el redactor considera relevante incluir aparte de la noticia en sí es la opinión de un funcionario que dice que cree que los asesinatos se producían a sus espaldas. No le echaré la culpa al mundo si se trata sólo de El País pero cuando las cosas se van haciendo tan relativas todo empieza a perder peso y (en lo que a mí respecta) el propio ejercicio del humor pierde cualquier sentido que pudiera tener.
El Tribunal Supremo de Etiopía ha ratificado hoy la pena de muerte impuesta al ex dictador Mengistu Haile Marian por el delito de genocidio, informaron fuentes judiciaes. El ex presidente , que vive en Zimbabue desde 1991, había sido sentenciado a la pena capital en diciembre del 2006 aunque había apelado ante el máximo tribunal, que hoy, finalmente, ha ratificado la condena.
Aún así será difícil que Mengistu regrese al país del que dejó en la ruina. Según ha matizado hoy el fiscal general, Joseph Kiros, resulta muy difícil que se ejecute la condena ya el ex dictador no parece tener intención de abandonar Zimbabue y su presidente, Robert Mugabe, no ha mostrado disposición para extraditarlo.
"Ya se pidió su extradición cuando salió la sentencia en 2006 pero Mugabe se negó. Ahora volverá a pasar lo mismo", ha afirmado Kiros refiriéndose a un proceso que comenzó hace ya 14 años. "Aún así”, ha agregado, “tanto él como los otro 18 componentes de su gobierno, también condenados a muerte, merecen el veredicto que se les ha imputado".
Pese a que los primeros años de su mandato están marcados por violentas ejecuciones de opositores, todavía algunos etíopes salen en su defensa. Mikias Makonnen, relaciones públicas de uno de los programas de desarrollo conducidos por el actual Ejecutivo etíope, considera injusto el que se acuse a Mengistu de crímenes que siempre ha negado haber cometido. "Le he escuchado muchas veces decir que es inocente de esas muertes. Yo creo que eran los que estaban bajo su mando los que lo hacían a sus espaldas", ha argumentado Makonnen.
Mengistu, el más destacado de los oficiales del Derg, la junta militar que gobernó en Etiopía desde el 1974 a 1987, tomó el poder, con el respaldo de la Unión Soviética, tras el derrocamiento del emperador Haile Selassie.
Como diría Túpac Amaru, vayamos por partes. La gente más joven no tiene por qué saber que se trata del mismo tipo que mandó a estrangular al emperador Haile Selassie, disolver su cadáver en ácido y enterrar los restos bajo el retrete de su despacho. Ni que asesinó a muchísima gente, entre ella a buena parte de la cúpula de su propio partido. Ni que gracias a su reforma agraria un millón de personas murió de hambre (ya Stalin había probado esa fórmula: al final siempre se le puede echar la culpa a una mala cosecha o a una sequía). O que mientras el mundo entero se movilizaba para enviarles alimentos a los etíopes y cantantes norteamericanos recaudaban 40 millones de dólares con su “We are the World” Mengistu se gastó 200 millones en celebrar el décimo aniversario de su Revolución levantando estatuas de los próceres del marxismo y comprando caviar y champán en cantidades torrenciales. Nada de eso menciona el texto de la noticia. Lo único que el redactor considera relevante incluir aparte de la noticia en sí es la opinión de un funcionario que dice que cree que los asesinatos se producían a sus espaldas. No le echaré la culpa al mundo si se trata sólo de El País pero cuando las cosas se van haciendo tan relativas todo empieza a perder peso y (en lo que a mí respecta) el propio ejercicio del humor pierde cualquier sentido que pudiera tener.
Pura asquerosidad, esa gente; empezando por el che.
ResponderEliminar¿Cuántas veces no oímos en Cuba "no es Fidel, son los corruptos" o "deja que Fidel se entere de esto"? Así que no me extraña para nada.
ResponderEliminarY este asesino de Etiopia no fue al que el Comandante lo condecoro con la medalla Jose Marti?
ResponderEliminarLe agradecería que me indicara en qué fecha ha publicado 'El País' esa información porque lo que yo leí ayer, 27-5-2008, fue lo que le copio a continuación. Le agradecería me indicara.
ResponderEliminarELPAIS.com Edición impresa Internacional
Etiopía condena a muerte en rebeldía al ex dictador Mengistu
AGENCIAS - Addis Abeba - 27/05/2008
Mengistu Haile Mariam, que derrocó en 1974 al emperador etíope Haile Selassie, ha sido condenado a muerte en rebeldía por el Tribunal Supremo de su país. La sentencia considera probado el delito de genocidio.
Mengistu dirigió hasta 1991 una junta militar de ideología marxista. En 1977 y 1978 desencadenó una brutal represión. Es el periodo conocido como terror rojo. Miles de personas fueron detenidas, torturadas y asesinadas. Algunas fueron sepultadas en fosas comunes; otras, apiladas en las calles para que sus familias los pudieran enterrar.
Debido a la gravedad de los delitos, el Supremo ha elevado la pena inicial de cadena perpetúa, dictada en 2006 por otro tribunal tras un proceso que ha durado 16 años.
Dos altos cargos de su régimen que también fueron condenados a muerte permanecen asilados en la Embajada italiana de Addis Abeba desde la caída del régimen en 1991. Mengistu huyó ese año a Harare, donde ha vivido estos años bajo la protección del régimen de Robert Mugabe. La oposición democrática de Zimbabue ha anunciado que le extraditará a Etiopía si vence en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales previstas en junio.
En CNN+ (una versión española de CNN) se calificó la muerte de Raúl Reyes (el connotado terrorista colombiano miembro de las FARC) como asesinato, por parte del ejército de Colombia.
ResponderEliminarCreo que una vez propusiste irte para Marte. Márcame en la cola.
querido anónimoincrédulo, dele click a las letricas azules, por favor, en el post de enrisco, donde dice "esta noticia". y después no se olvide de tomarse la leche y hacer la tarea y darle un beso a su abuelita antes de acostarse.
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