Me verán pocas veces citando a Martí pero creo que esta vez la cuestión obliga: “Hay hombres que viven contentos aunque vivan sin decoro. Hay otros que padecen en agonía cuando ven que los hombres viven sin decoro a su alrededor. En el mundo ha de haber cierta cantidad de decoro, como ha de haber cierta cantidad de luz. Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres”. Lo escribió a propósito de Bolívar, Hidalgo y san Martín en aquella revista dedicada a los niños. Donde dice “hombres” puede ponerse “una mujer” o simplemente Yoani. Ese es más o menos su secreto: decoro, persistencia y perseverancia. No es la única persona con decoro en la isla ni mucho menos. Ahí están todos los presos, los acosados, los que no se rinden por ridículo que a otros les parezca su esfuerzo.
Yoani ahora ha sido elegida por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del mundo con toda justicia aunque quizás con cierto exceso de entusiasmo: no parece haber mucha gente en Cuba que esté siguiendo su ejemplo. Sin ir más lejos, esos intelectuales con carnet (de la UNEAC), gente que parece seguir siendo programáticamente cobarde. De cualquier manera Yoani ha cambiado un par de cosas en Cuba, que no es poco: la primera, es que ha demostrado que erigirse en voz independiente en Cuba y ser escuchada es posible. Incluso sin necesariamente caer en prisión. No la pueden acusar de confabulación con nada ni nadie. (La acusan sí -aunque sin el más mínimo fundamento- de ser parte de una estrategia de lavado de imagen del gobierno cubano, cuando no la convierten en oficial de la seguridad del estado. A estos últimos les digo que si me mandan una fotocopia del carnet de miembro de la seguridad del estado a nombre de Yoani de inmediato pediré mi ingreso en una institución que tanto está haciendo por la democratización de la sociedad cubana). Su segundo logro es que ha ayudado a cambiar la imagen del cubano de a pie y con ello la de todo un país con nicho propio en la mitología internacional. Ni agitadora de banderitas, ni jinetera, ni agente de alguna potencia extranjera, ni disidente profesional. Su voz no es la de alguien dispuesto a echarse a la manigua o a ingresar en prisión. Es la de ese heroísmo tranquilo de ser quien se es y asumirlo sin aspavientos o soberbia. Un heroísmo difícil de alcanzar pero no imposible.
Espero, deseo, que eso es lo que haya visto Time en Yoani y no un producto exótico de una isla no menos exótica. A partir de ahora la presión que deberá soportar será enorme y no necesariamente agresiva. Tratarán de comprarla con algún puesto en el periodismo nacional, le ofrecerán cambiar las cosas desde adentro, de que se meta de buen grado en esa maquinaria que sólo produce una papilla intragable. O simplemente se resignarán a ella pensando que mientras no encuentre imitadores tendrán todo bajo control y a esa resignación tratarán darle el aire de plan perfectamente maquinado. Pero que nadie se engañe, se trata de resignación ante la persistencia de esa flaca.
Yoani ahora ha sido elegida por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del mundo con toda justicia aunque quizás con cierto exceso de entusiasmo: no parece haber mucha gente en Cuba que esté siguiendo su ejemplo. Sin ir más lejos, esos intelectuales con carnet (de la UNEAC), gente que parece seguir siendo programáticamente cobarde. De cualquier manera Yoani ha cambiado un par de cosas en Cuba, que no es poco: la primera, es que ha demostrado que erigirse en voz independiente en Cuba y ser escuchada es posible. Incluso sin necesariamente caer en prisión. No la pueden acusar de confabulación con nada ni nadie. (La acusan sí -aunque sin el más mínimo fundamento- de ser parte de una estrategia de lavado de imagen del gobierno cubano, cuando no la convierten en oficial de la seguridad del estado. A estos últimos les digo que si me mandan una fotocopia del carnet de miembro de la seguridad del estado a nombre de Yoani de inmediato pediré mi ingreso en una institución que tanto está haciendo por la democratización de la sociedad cubana). Su segundo logro es que ha ayudado a cambiar la imagen del cubano de a pie y con ello la de todo un país con nicho propio en la mitología internacional. Ni agitadora de banderitas, ni jinetera, ni agente de alguna potencia extranjera, ni disidente profesional. Su voz no es la de alguien dispuesto a echarse a la manigua o a ingresar en prisión. Es la de ese heroísmo tranquilo de ser quien se es y asumirlo sin aspavientos o soberbia. Un heroísmo difícil de alcanzar pero no imposible.
Espero, deseo, que eso es lo que haya visto Time en Yoani y no un producto exótico de una isla no menos exótica. A partir de ahora la presión que deberá soportar será enorme y no necesariamente agresiva. Tratarán de comprarla con algún puesto en el periodismo nacional, le ofrecerán cambiar las cosas desde adentro, de que se meta de buen grado en esa maquinaria que sólo produce una papilla intragable. O simplemente se resignarán a ella pensando que mientras no encuentre imitadores tendrán todo bajo control y a esa resignación tratarán darle el aire de plan perfectamente maquinado. Pero que nadie se engañe, se trata de resignación ante la persistencia de esa flaca.
completamente de acuerdo...
ResponderEliminarComo en tu homenaje a G. Caín, también te la comiste con este tributo a Yoani Sánchez. Ella y el que no gustas de citar dan fe de que la grandeza en dignidad y valía no guarda relación con el porte físico (repentinamente me acordé de alguien de Talla Larga).
ResponderEliminarMe suscribo 100% (somos cubanos, no..nada de 56-65%). Y is ella es de la Seguridad..Viva la Seguridad!!!!
ResponderEliminarLa última mujer y el próximo combate de la historia cubana están en la blogosfera. Crónicas contra reflexiones, memory sticks contra memoria histórica, flaqueza contra firmeza, dispersión contra unidad. Guerra irregular, que es lo nuestro. Lo nuestroamericano. Y la gran prensa de acá sancionando, que es lo suyo. Cuba va.
ResponderEliminarO puede que acaben quebrandola, y Yoani acepte uno de esos puestos en el periodismo nacional... lo mismo me da. No voy a cuestionarla por un segundo porque no se puede questionar un edificio: alli esta, aunque luego se demuestre que el arquitecto era un asesino.
ResponderEliminarEstimado Enrisco, que gran texto! Resumio lo que mi cabeza no lograba organizar. 100% de acuerdo. Mis saludos, y respeto.
ResponderEliminarEnrisco, sin desdorar a Yoani...Tiene decoro la joven, mucho decoro pero también Internet.
ResponderEliminarSe imaginan a cuanto subirían las cotas de decoro nacional si existiera libre acceso a La Red???....
Lo mejor del premio O y G y el hit parade de Times es que han colocado al régimen en una encrucijada cabrona, ahí andan rascandose la cabeza... Partieron el bate con los premios!..
Enrisco, muy bien por ti. No se porque te resignas a citar a Jose, pero para casi todas las situaciones de la vida tiene un pensamiento muy bien logrado. Espero por el bien de Yoani que la fama que ha adquirido la proteja de las garras de la "Inseguridad del Estado".
ResponderEliminarNo falta ni una coma. Ni he leído nada que mejor describa el asunto de Yoani.
ResponderEliminarPero me perdí un poco en lo de
"...Sin ir más lejos, esa acreditada con carnet de la UNEAC, parece seguir siendo programáticamente cobarde."
¿Acaso hay un missing link en esa oración? Porque no creo que estés hablando de la misma persona, ¿no?
Saludos j. campos
ResponderEliminarSegún lo leo, Enrisco dice "que hay gente (en Cuba) que no siguen el ejemplo de Yonai", y muy en especial "esa gente" que porta un carnet de la UNEAC.
gracias j. campos. la verdad era que la relacion estaba confusa. ya la arregle'.
ResponderEliminarMuy completo, Enrisco, muy buen post!
ResponderEliminarAprecio y respeto el trabajo de Yoani si es, digamos, real. Y si es una pantalla, también lo respeto porque sus artículos son excelentes. Pero... de ahí a que está entre las 100 personas más influyentes del mundo va un buen trecho.
ResponderEliminarVamos, que con esa inclusión los que hicieron la lista del TIME parecen ser cubanos.