Un artículo muy interesante de Moisés Naím apareció ayer en El País. Habla sobre cierta actitud europea ante las guerrillas colombianas, no muy diferente a la que se sigue con Cuba: toda la simpatía recae en los secuestradores. “De esta manera, ahora al síndrome de Estocolmo podemos añadir el síndrome de Copenhague: el raro proceso mediante el cual la ideología y la politiquería se mezclan con la ingenuidad y la ignorancia para justificar crímenes de lesa humanidad, siempre y cuando no sucedan en el país de los afectados por el síndrome”. Sorprende leer algo así en Er Paíz pero por eso mismo es digno de mención.
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