El País ha sacado un editorial sobre la figura del Che bastante claro y terminante: para el editorialista el Che era un asesino con ideología como cualquier yidahista de los de ahora (también aparece un artículo de Jorge Castañeda crítico pero más flojo que otros que ha sacado sobre el tema). Hace unos día hablaba de lo que parecía ser una política editorial pero a juzgar por las quejas de Juan Luis Cebrián (antiguo director de El País y consejero delegado del Grupo PRISA, propietario del periódico) el asunto puede ser bastante más complicado. Cebrián habla de “las presiones a las que son sometidos los grupos de comunicación por parte de todo tipo de organizaciones políticas y sociales” a la que en vista de los resultados no escapa su periódico: los editoriales cargan la mano contra los Castro o Chávez mientras los reporteros se esfuerzan por pintarlos como modernos Robin Hoods. Por su lado Mauricio Vicent, corresponsal de ese periódico en Cuba desde hace tanto tiempo que parece haber sido puesto allí por Franco, se empeña en ver cambios en la isla donde a juzgar por su larguísima experiencia allí no debería ver más que un discreto trote en el lugar.
[La imagen con que ilustro este post fue creada hace años por Armando Tejuca y circula por ahí aunque muchas veces sin reconocerle los derechos de autor. Al menos que aquí conste como tal.]
Yo estoy de acuerdo contigo en que el editorial de El País sobre el Che dice claramente lo que quiere decir, que parece ser lo que tu quieres leer. Ahora, esto es a costa de dejar a oscuras significados más constructivos y más honestos. Los editoriales definen la línea de un periódico y El País persiste en su empeño colonizante. Algo lamentable para un periódico que se las da de progresista. Un lobo disfrazado de oveja. Además, el artículo es francamente malo. Tomemos la primera oración.
ResponderEliminar"El romanticismo europeo estableció el siniestro prejuicio de que la disposición a entregar la vida por las ideas es digna de admiración y de elogio."
1- La idea, prejuicio o no, siniestra o no, de que la disposición a entregar la vida por ideales es admirable me temo que no sea europea. No sé porque me parece que los chinos, los iraníes o los egipcios seguramente se habían referido a ella cuando los europeos andaban todavía practicando sacrificios humanos y viviendo en chozas de paja. No sé, tengo dudas.
2- Tal idea es celebrada por los editorialistas y articulistas de El Pais cuando quien da la vida por ideales es un soldado español en la conquista de Afganistan o Irak. En ese caso vuelan las banderas y se derraman las lágrimas de la Realeza.
Lo peor no es la primera oración. Esa apenas importa.
La mejor de las posibles intenciones de El Pais podría ser el vender la útil noción de que en estos momentos en Latinoamérica las urnas pueden por fin producir algunos avances reales. Otorgándoles el beneficio de la duda, pudiéramos entonces criticarles el que hayan escogido publicar editoriales tan tendenciosos y carentes de rigor sobre una figura que estuvo a la altura de su tiempo y contribuyó a que en los nuestros se haya cobrado alguna conciencia de lo imprescindible que es la soberanía para que haya justicia social, y lo inevitable de la justicia social para que haya una democracia más o menos creíble donde las balas estén de más.
Enrisco, hacer valoraciones tan mediocres sobre el Che es una especie de suicidio. A fin de cuentas a Washington le venden como el hombre que nunca mentía.
Omar: en su momento Mark Twain se cansó de burlarse de aquella falacia escolar de que Washington no mentía y en algún sentido mi actitud hacia la historia nacional y los próceres que esta contiene nació de esas burlas. Gente Como Agramonte o Máximo Gómez no eran precisamente santos y su práctica habitual era pasar a cuchillo al enemigo una vez que se rendía pero el Che era de una madera bien distinta. No sólo ejecutaba a sangre fría sino que se ufanaba por ello. Para Máximo Gómez esos métodos terminaban con la guerra para el Che con el fin de la guerra no hacían más que empezar. Si Castro me parece abominable el Che me parece abominable y peligroso justamente por su atractivo como figura: todos piensan en cómo murió pero nada más de pensar en lo que habría hecho de haber triunfado me dan escalofríos. Entre un camaján como Castro y un fanático como el Che escogería (con el dolor de mi alma) al camaján. Los camajanes entienden de cierta economía de la crueldad, que esta al fin y al cabo es un medio y no un fin. Para el fanático a falta de algo mejor que ofrecer la crueldad es, al fin y al cabo, el fin: sus ideales parecen justificar sus crímenes pero son al final la mostruosidad de sus crímenes los que los hacen creer que sus ideales valen lo suficiente para justificarlos. No lo digo yo: léete las descripciones del propio Che sobre cómo liquidaba a sus enemigos. En esa frialdad y esa distancia está resumido su carácter y su desprecio por casi todo, empezando por la vida humana. Es el quien definió a los soldados de la revolución como frías máquinas de matar. Las dictaduras militares no fueron un subproductos de sus prédicas guerrilleras. En todos sus textos programáticos habla de la necesidad de radicalizar al enemigo, volverlo más feroz y empujar las democracias hacia las dictaduras para que, al desencadenar estas su represión sobre toda la sociedad la gente se pusiera del lado de los revolucionarios. Puedes decirme suicida por oponerme a lo que parece que es un credo universal. Pueden decirme estúpido todos los demás por intentar hacer razonar a gente que está más allá de todo razonamiento. Con que no me digan deshonesto me basta.
ResponderEliminarOmar, escribiste bagazo: los chinos se mataban por la tradición; los egipcios, por la religión; y los persas, por el somusión al Rey. Sí que fue el romanticismo europeo el que sembró la epidemia de "idealistas dispuestos a morir" en este mundo. Ese tercermundismo heroico y barato tuyo es un desperdicio.
ResponderEliminarsobre una figura que estuvo a la altura de su tiempo y contribuyó a que en los nuestros se haya cobrado alguna conciencia de lo imprescindible que es la soberanía para que haya justicia social
ResponderEliminarNo señor, el tiempo fue el que escogió a la figura. Los movimientos (sobre todo estudiantiles) del 68 lo elevaron a mito mundial.
¿Cuantos estados soberanos existen donde no hay la más mínima justicia social? La lista es tan larga que no cabe aquí. O quieres hacerle creer a un cubano que en Cuba existe la justicia social?
La Alemania nazi era más que soberana y pregúntale a los judíos sobre la justicia social.
Conquista de Afganistán
La invasión a Irak fue una burda pifia que ha motivado que se estén matando unoa a otros. Por lo menos Sadam los tenía controlados y con su gobierno secular no tenía nada que ver con AL QUeda. Pero Afganistán era el inmenso campamento de formación de terroristas. No para los EEUU sino para toda Europa y cualquier nación no islámica significa la ocupación en Afganistán y la lucha contra los talibanes mantener la seguridad para esas naciones.