Revisionismo dicen, cuando no hay mucho que revisar. La historia como ciencia social se encuentra en un estado más bien deprimente adonde, por cierto, no la han llevado ninguno de los ahora acusados como revisionistas. Se revisó y bastante a inicios de la Revolución la historia nacional para irla espulgando de los hechos incómodos, elevando a niveles épicos congresos y reuniones más bien olvidables o tiroteos de muy baja intensidad (en el famoso combate de la Plata había envueltas menos de 30 personas contando ambos bandos, bastante menos que cualquier pelea en La Tropical con la diferencia de que en La Tropical van mejor armados), dando por sentadas afirmaciones sobre hechos muy discutibles (como las causas de la explosión del Maine) o cuando ha hecho falta encubriendo la verdad o mintiendo (como ocurre con la historia del partido comunista en la era prerrevolucionaria, los antecedentes gansteriles de Fidel Castro antes de incorporarse al Partido Ortodoxo o la subordinación de las diferentes fuerzas antibatistianas a la estrategia –cuando no a la disciplina- castrista). Luego y durante mucho tiempo las cosas en el campo de la historia no hicieron sino empeorar. Discursos y escritos políticos tomados como referencias teóricas, períodos completos de la historia nacional –incluyendo los último medio siglo de historia nacional- declarados como zonas congeladas, vedadas a los investigadores, al igual que ciertos fondos de archivos de supuesto acceso público (para no hablar de archivos que han sido saqueados a favor de la oficina de asuntos históricos del consejo de estado como el archivo de la universidad de La Habana que fue privado de los expedientes de todas las figuras destacadas de los últimos quince años de historia republicana) unido a un proceso de intimidación de los historiadores y profesores más talentosos que prefirieron emigrar hacia zonas menos conflictivas como el siglo XVII o la historia económica de la primera mitad del siglo XIX. La historia que se enseñaba en las escuelas también se empobreció y pasó de los relatos ya muy manipulados relatos que se enseñaban en los 70 a la retahíla de causas y consecuencias que según los programas daban sentido a cuatro o cinco sucesos esmeradamente escogidos como resumen simbólico de dicha historia. Definitivamente no hay mucho que revisar y si mucho que escribir. (Hay una nueva generación de historiadores haciendo trabajos muy interesantes y valiosos pero de un alcance y una visibilidad muy limitados dadas las condiciones citadas). De la historia nacional en el territorio de la isla queda un magro relato formado con aserciones insostenibles frente a un cuestionamiento más o menos serio y aderezados con imágenes épicas (muchas de ellas heredadas de denostados textos republicanos) que cabrían en un breve folleto: mucho se dirá de Baraguá y poco se dirá de su carácter meramente simbólico ya en su momento dado lo insostenible de la situación en que se hallaba los restos beligerantes del ejército libertador. Queda sí –como resultado de años de insistente propaganda- la convicción de que la historia nacional tal y como se cuenta es el código genético que explica que el presente cubano no sólo como su derivación natural sino también inevitable y cualquier cambio en este tendría consecuencias fatalmente apocalípticas. Se explica entonces el estado de desamparo en que muchos parecen caer cuando se cuestiona la legitimidad de una historia que a falta de un conocimiento más o menos abundante –ese que lleva invariablemente a la crítica- se ha declarado sagrada. Una Historia podada de esa forma ya no sirve para explicar nada pero para los que le siguen haciend algun caso -cada vez menos- sigue funcionando como pieza decisiva de ese chantaje sentimental colectivo que se hace llamar Revolución.
Blog personal y casi tan íntimo como una enfermedad venérea pensado también para liberar al pueblo cubano, aunque sea del aburrimiento. Contribuyentes: Enrisco (autor de “Obras encogidas” y “El Comandante ya tiene quien le escriba”), su alter ego, la joven promesa de más de cincuenta años, Enrique Del Risco. Espacio para compartir cosas, mías y ajenas, aunque prefiero que sean ajenas. Quedan invitados a hacer sus contribuciones, y si son en efectivo, pues mejor.
jueves, 25 de octubre de 2007
¿Revisionismo?
Revisionismo dicen, cuando no hay mucho que revisar. La historia como ciencia social se encuentra en un estado más bien deprimente adonde, por cierto, no la han llevado ninguno de los ahora acusados como revisionistas. Se revisó y bastante a inicios de la Revolución la historia nacional para irla espulgando de los hechos incómodos, elevando a niveles épicos congresos y reuniones más bien olvidables o tiroteos de muy baja intensidad (en el famoso combate de la Plata había envueltas menos de 30 personas contando ambos bandos, bastante menos que cualquier pelea en La Tropical con la diferencia de que en La Tropical van mejor armados), dando por sentadas afirmaciones sobre hechos muy discutibles (como las causas de la explosión del Maine) o cuando ha hecho falta encubriendo la verdad o mintiendo (como ocurre con la historia del partido comunista en la era prerrevolucionaria, los antecedentes gansteriles de Fidel Castro antes de incorporarse al Partido Ortodoxo o la subordinación de las diferentes fuerzas antibatistianas a la estrategia –cuando no a la disciplina- castrista). Luego y durante mucho tiempo las cosas en el campo de la historia no hicieron sino empeorar. Discursos y escritos políticos tomados como referencias teóricas, períodos completos de la historia nacional –incluyendo los último medio siglo de historia nacional- declarados como zonas congeladas, vedadas a los investigadores, al igual que ciertos fondos de archivos de supuesto acceso público (para no hablar de archivos que han sido saqueados a favor de la oficina de asuntos históricos del consejo de estado como el archivo de la universidad de La Habana que fue privado de los expedientes de todas las figuras destacadas de los últimos quince años de historia republicana) unido a un proceso de intimidación de los historiadores y profesores más talentosos que prefirieron emigrar hacia zonas menos conflictivas como el siglo XVII o la historia económica de la primera mitad del siglo XIX. La historia que se enseñaba en las escuelas también se empobreció y pasó de los relatos ya muy manipulados relatos que se enseñaban en los 70 a la retahíla de causas y consecuencias que según los programas daban sentido a cuatro o cinco sucesos esmeradamente escogidos como resumen simbólico de dicha historia. Definitivamente no hay mucho que revisar y si mucho que escribir. (Hay una nueva generación de historiadores haciendo trabajos muy interesantes y valiosos pero de un alcance y una visibilidad muy limitados dadas las condiciones citadas). De la historia nacional en el territorio de la isla queda un magro relato formado con aserciones insostenibles frente a un cuestionamiento más o menos serio y aderezados con imágenes épicas (muchas de ellas heredadas de denostados textos republicanos) que cabrían en un breve folleto: mucho se dirá de Baraguá y poco se dirá de su carácter meramente simbólico ya en su momento dado lo insostenible de la situación en que se hallaba los restos beligerantes del ejército libertador. Queda sí –como resultado de años de insistente propaganda- la convicción de que la historia nacional tal y como se cuenta es el código genético que explica que el presente cubano no sólo como su derivación natural sino también inevitable y cualquier cambio en este tendría consecuencias fatalmente apocalípticas. Se explica entonces el estado de desamparo en que muchos parecen caer cuando se cuestiona la legitimidad de una historia que a falta de un conocimiento más o menos abundante –ese que lleva invariablemente a la crítica- se ha declarado sagrada. Una Historia podada de esa forma ya no sirve para explicar nada pero para los que le siguen haciend algun caso -cada vez menos- sigue funcionando como pieza decisiva de ese chantaje sentimental colectivo que se hace llamar Revolución.
Eso del "chantaje sentimental colectivo que se hace llamar Revolución" te ha quedado buenísimo! Cuales emociones mi socio? La de la educación y salud gratuita para todos? La de andar seguros y confiados por el barrio jugando con el negro, el azul y el rojo? O la de la perspectiva oficial de una historia cubana, tan complicada y llena de matices como cualquier otra, como argumento para recrear orden y destino? No te queda un poco de cobalto por ahí? Desde la pausa y la academia vale toda la revisión y cuanta murumaca teórica se te ocurra. Desde un país en Revolución (ese "chantaje sentimental colectivo") y bajo acoso real es entendible el cerrar filas y archivos. Con suerte, las aguas se seguirán calmando y se abrirán posibilidades para un análisis más reposado y menos militante de todos estos años, siempre y cuando no corramos el riesgo de desarticularnos. Necesitamos una derecha desesperadamente, pero una derecha leal si es que tal cosa es posible. Paya va bien. Paca no sé: trato de entenderles, de calibrarlos. No olvides el cobalto.
ResponderEliminarAh, por cierto, la escaramuza de "La Plata" fue también el primer combate de unos locos que eran apenas la quinta parte de los 82 que se metieron en un yatecito diseñado para 20. Los restantes 4/5 fueron dados de baja definitiva al pisar tierra después de varios días de travesía apretujada y fatalmente atrazada. Este quinto de locos que escapó al ansia de inventario logró en compañía de un puñado de guajiros saludables, educados y bien comidos pero aburridos de su estable democracia representativa atacar y vencer a otro puñado de cubanos igual de saludables, educados y bien comidos e igual de aburridos de estable democracia representativa hasta el punto de haberse enrolado en el ejercito buscando tener un poco de acción. Claro, si miramos en los archivos, en esos aún pristinos de Armando de la Cova o Enrique Ros, quizás encontremos que todo esto es básicamente falso. O por lo menos amortiguable en términos tales como: "Una banda de forajidos aventureros, con criminales como Universo Sánchez que le cayó a plomazos a un vecino sin razón alguna" o “no eran 82, eran 80”. No obstante, la comparación con una bronca en "La Tropical" está muy graciosa.
Omar asere mira que eres rosca izquierda, ñooo!
ResponderEliminarrobertico, que diga eliades, es decir omarito, qué jiribillesca y miserable tu justificación de la conversión de la historia en propaganda... y a estas alturas del partido (extra innings para el coma). espero que lo hagas por jodedera y por pinchar a la peña, porque si es en serio tendré que pensar que a randy le han dado como tarea de choque, además de poner cara de comemierda cuando le hablan de cobalto, merodear por los blogs y mesarredondizarlos.
ResponderEliminarNo decía yo que el socio Elíades andaba por aquí? :-) :-)
ResponderEliminarEl que no va a olvidar jamás en su vida el cobalto va a ser Randy.
Enrisco, te habla tal cual.Hace días no venía a tu cubanísimo blog y veo que sigue el asunto de la anti-historia.
ResponderEliminarVoy a printear tu ladrillo para deglutirlo mejor.
Quizás encuentre rasgos de lógica en tus tesis.
Como eres historiador, que no lo soy yo, te pregunto: Puede la historia cambiarse? Puede conocerse?
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Siempre se dibuja a los elefantes más pequeños que al natural, pero las pulgas siempre más grandes (Jonathan Swift).
vaya enrisco, estas subiendo de nivel. te han puesto a un companero que te atiende y todo. es verdad que con su muela bizca esta obligando a todo el mundo empezando por ti a hablar boberias pero eso de que te asignen al Omar ese para atacarte tiene su cache'. un tipo con nivel universitario aunque sea para decir boberias viste mucho. conservalo porque eso dice mucho de la atencion que te dedican por alla.
ResponderEliminarOmar espero que no sea por mi que te enteres que en Latinoamerica hay educacion y salud gratuita para todos que funciona de acuerdo al pais mas o menos bien o mas o menos desastrosamente. Si quieren un tratamiento de mas calidad tendran que pagarlo o ir a Cuba, a que los atiendan en el Cira Garcia como a cualquier cubano (que tenga la posibilidad de ir al Cira Garcia). Lo que si no hay en otros paises son doctores esclavizados al estado (que es la unica manera que en Cuba pueden cubrir sus planes asistenciales porque casi todos los medicos prefieren ir a Venezuela o a Botswana a conseguir chavitos o guano). Tampoco en otras partes del mundo te vas a encontrar tipos como tu que le agradezcan al estado la salud, la educacion o poder caminar por la calle ni piensan que a cambio de eso tengan que callarse lo que piensan. Simplemente asumen que ese es el trabajo del gobierno y por eso cuando no lo cumplen llueven las criticas que para eso estan. definitivamente salud, educacion y las medallas olimpicas son parte del chantaje emocional como me acabas de demostrar. Lo que si rechazo tajantemente son las acusaciones de malo (Eliades), feo (Randy) que te han hecho. Tampoco debes estar tan desinformado porque tienes acceso a Internet. Quizas seas un poco bruto y sensiblero pero eso no es culpa tuya sino es parte de tu naturaleza y te entiendo. Todos tenemos nuestras debilidades. una de las mias es creer que gente como tu puede entender algo.
ResponderEliminartal cual, claro que la historia puede cambiarse. el gobierno cubano se ha ocupado de demostrarlo con largueza. lo de conocerse es mas complicado. la gente (incluidos los historiadores) no estan interesados mas que en investigar aquello que les interesa descubrir. si eso vale para la fisica para la historia una materia en la que estamos mucho mas implicados la cosa es todavia mas compleja. aun asi pienso que en un pais mas o menos normal con acceso abierto a las fuentes y con posibilidades de publicar investigaciones independientes (y la posibilidad de leerlas por supuesto) podemos tener una idea mas o menos satisfactoria de como funciono determinado periodo historico hasta que nuevas investigaciones hagan ese conocimiento obsoleto. sobre la conveniencia de un conocimiento o no me hace recordar un cuento de Borges que se me ocurre que puedo postear ahora mismo.
ResponderEliminarMañana te contesto.
ResponderEliminarSi el gobierno cubano(actual) se ha ocupado de cambiarla y no hay acceso a las fuentes, por qué dudar de la historia que se escribió antes del 59 que había acceso a las fuentes y los gobiernos no se habian ocupado de cambiar la historia?
Te dejo la pregunta. Es tarde aqui en Magic City.
Todas las bajas del ejercito rebelde durante dos años fueron menores que las de un solo atentado con camión bomba en un mercado de Bagdad, mucho menos con las del 11/M en Madrid o el 11/S en Nueva York y ni comparación con las que hubo en las guerras de independencia cubana. Pero cuando no se realizan verdaderas proezas, re recurre a agrandar hasta los arañazos del marabú y presentarlos como heridas de combate. Uno de los hechos que más ilustran esto es la anécdota de la invasión cuando se comen el caballo (no el que se debían haber comido, sino un noble animal) La comilona de un caballo se convirtió así en un hecho histórico heroico. Por el año 1984 yo pasé los 15 días de las BET sembrando árboles en la unidad militar de tanques Quemado Hilario de Santa Clara. La aguerrida tropa universitaria que nos encontrábamos allí se comió varios caballos (desafortunadamente tampoco el que nos debíamos haber comido) Eso no nos convirtió en héroes ni por ello aparecemos en ningún libro de historia. En ese año comer la nutritiva carne caballo era tan natural que hasta lo vendían en los carnavales de Santa Clara.
ResponderEliminarDe eso se ha tratado la historia de estos 50 años de convertir hechos intrascendentes en hechos heroicos.
Ah! la educación es gratuita y obligatoria hasta cierta edad en casi todos los países del mundo. Esos pobres negros que vienen en patera a Europa están alfabetizados. ¿De qué salud me hablan de la que no hay ni una aspirina en la farmacia, de la que la gente anda sin dientes hasta en la televisión, de qué seguridad, de la los negros boxeadores que no los dejan ir al campeonato mundial para que no se queden.?