Si uno observa la eficacia del modelo China [ver primera parte] tal y como se ha puesto en práctica en los últimos meses se pregunta por qué el Comandante no decidió tomarse sus vacaciones un poco antes. Digamos, pongamos por caso, en 1960. Ese modo discreto del Hermano en Jefe de manejar las crisis, sin discursos ni marchas del pueblo combatiente, no nos hubiera ahorrado a los cubanos sangre, sudor o lágrimas pero sí electricidad o suelas de zapatos lo cual, puestos a ver, se agradece. Que si el general Ochoa estaba demasiado zoquete. Pues se le juzga discretamente con la menor cantidad de personas presentes en el juicio (de ser posible solo el fiscal) y después de fusilado, una nota de prensa y una recogida de antenas parabólicas. Lo mismo con la crisis de los balseros, o la de los misiles, o el éxodo del Mariel, o Girón o la explosión de “La Coubre”. En fin, que con ese estilo discreto que caracteriza el modelo China quizás todavía no se hubiera declarado el carácter socialista del régimen pero al menos no quedaría ni una sola antena parabólica.
Nada, que al parecer que tras el alejamiento del Comandante de los micrófonos en lugar de crisis se ha arribado a un equilibrio perfecto. El país marcha como siempre y ahora el Comandante tiene tiempo de sobra para dedicarse al tema que más le preocupa en estos momentos que es nada menos que la salvación de la especie. Se trata de una tarea difícil pero quien la enfrenta es nada menos que el estratega del asalto al Moncada, de Alegría de Pío, del Cordón de La Habana y de la Zafra de los Diez Millones, alguien que por su currículum, su experiencia y su edad perfectamente pudo haber sido responsable de la desaparición de los dinosaurios. Todo está en que se haya propuesto multiplicarlos por diez. Así que si yo fuera parte de la especie humana (algo que suele discutírseme cuando me ven comiendo) preferiría que el Comandante hiciera planes para exterminar la humanidad y así asegurarnos la sobrevivencia. Sin embargo, se escuchan últimamente persistentes rumores de que el Comandante abandonará esa urgente tarea al regresar de sus ya largas vacaciones.
Si regresa, quién lo duda, se hablará de los exagerados partes médicos que se emitieron desde el exilio hasta convencernos que sólo trataba de una ligera indisposición estomacal que lo mantuvo casi un año fuera de servicio (o dentro, según como se le quiera mirar). Recuerdo cuando en medio de uno de sus largos discursos mi abuela se preguntaba en voz alta: “Este hombre ¿Cuándo es que va al baño?” Mi abuela no vivió para descubrir lo que ahora todos sabemos: que el Comandante va al baño cada ocho décadas pero entonces se demora por lo menos un año en salir, amenazando con agotar la REPS o Reserva Estratégica de Papel Sanitario y de paso resolverle a Cuba las necesidades de abono para la próxima década. Algunos piensan que no, que se trata de una táctica que le copió a su colega Pinochet: hacerse el enfermo para que no se metan con él porque es de mal gusto atacar a un viejito delicado de salud. Sólo que el chileno esperó a dejar el poder antes de hacerse el enfermo y lo fingió con tanta convicción que terminó muriéndose. El Comandante en cambio no se ha decidido a dejar el baño ni el poder y ahora sus médicos anuncian muy convencidos que va a vivir nada menos que hasta los 140 años. Si esto fuera cierto (y hasta ahora nada indica lo contrario) valdría la pena preguntarse si los sesenta años que le quedan va a decidir pasarlos en la estratégica posición que ahora ocupa. Entonces ¿Qué pasará con el país además de ser declarado Territorio Libre de Antenas Parabólicas (TLAP)? ¿Cómo, desde esa posición, estratégica aunque algo retirada, el Comandante hará frente a sus dos grandes enemigos del momento: el imperialismo y las hemorroides? Y una pregunta más comprometedora que las anteriores: ¿quién se atreverá a entrar en el baño para buscar las respuestas a las preguntas anteriores? Tiene la palabra el camarada Chávez.
Nada, que al parecer que tras el alejamiento del Comandante de los micrófonos en lugar de crisis se ha arribado a un equilibrio perfecto. El país marcha como siempre y ahora el Comandante tiene tiempo de sobra para dedicarse al tema que más le preocupa en estos momentos que es nada menos que la salvación de la especie. Se trata de una tarea difícil pero quien la enfrenta es nada menos que el estratega del asalto al Moncada, de Alegría de Pío, del Cordón de La Habana y de la Zafra de los Diez Millones, alguien que por su currículum, su experiencia y su edad perfectamente pudo haber sido responsable de la desaparición de los dinosaurios. Todo está en que se haya propuesto multiplicarlos por diez. Así que si yo fuera parte de la especie humana (algo que suele discutírseme cuando me ven comiendo) preferiría que el Comandante hiciera planes para exterminar la humanidad y así asegurarnos la sobrevivencia. Sin embargo, se escuchan últimamente persistentes rumores de que el Comandante abandonará esa urgente tarea al regresar de sus ya largas vacaciones.
Si regresa, quién lo duda, se hablará de los exagerados partes médicos que se emitieron desde el exilio hasta convencernos que sólo trataba de una ligera indisposición estomacal que lo mantuvo casi un año fuera de servicio (o dentro, según como se le quiera mirar). Recuerdo cuando en medio de uno de sus largos discursos mi abuela se preguntaba en voz alta: “Este hombre ¿Cuándo es que va al baño?” Mi abuela no vivió para descubrir lo que ahora todos sabemos: que el Comandante va al baño cada ocho décadas pero entonces se demora por lo menos un año en salir, amenazando con agotar la REPS o Reserva Estratégica de Papel Sanitario y de paso resolverle a Cuba las necesidades de abono para la próxima década. Algunos piensan que no, que se trata de una táctica que le copió a su colega Pinochet: hacerse el enfermo para que no se metan con él porque es de mal gusto atacar a un viejito delicado de salud. Sólo que el chileno esperó a dejar el poder antes de hacerse el enfermo y lo fingió con tanta convicción que terminó muriéndose. El Comandante en cambio no se ha decidido a dejar el baño ni el poder y ahora sus médicos anuncian muy convencidos que va a vivir nada menos que hasta los 140 años. Si esto fuera cierto (y hasta ahora nada indica lo contrario) valdría la pena preguntarse si los sesenta años que le quedan va a decidir pasarlos en la estratégica posición que ahora ocupa. Entonces ¿Qué pasará con el país además de ser declarado Territorio Libre de Antenas Parabólicas (TLAP)? ¿Cómo, desde esa posición, estratégica aunque algo retirada, el Comandante hará frente a sus dos grandes enemigos del momento: el imperialismo y las hemorroides? Y una pregunta más comprometedora que las anteriores: ¿quién se atreverá a entrar en el baño para buscar las respuestas a las preguntas anteriores? Tiene la palabra el camarada Chávez.
Hoy es mi cumpleaños. Todo hubiera sido perfecto excepto por el dolor de mandíbula que tengo de tanto reirme.
ResponderEliminarQuiero hacerte una observación: En Cuba, la ley te obliga a coger las vacaciones obligatoriamene cuando el trabajador ha acumulado más de un mes por tanto el Bloguero en Jege no puedes estar de vacaciones.
Tampoco debe estar enfermo porque la ley obliga al trabajador enfermo por más de seis meses a presentarse a la comisión médica para determinar su jubilación y como se ve el Coma-andante sigue técnicamente si jubilarse.
Lo único que me queda por pensar es que el Big Blogger está ausente al trabajo. Deber ser por eso que "el modelo China" se haya tardado tanto en poner en vigor el nuevo reglamento sobre disciplina laboral, porque si lo hubiera puesto en vigor hubiera tenido que pasar a nuestro Máximo Lider por Comisión disciplinaria y por la gravedad del caso más de 10 meses ausente al trabajo la menor medida que le toca es la separación definitiva del cargo.
Re-aparecera el blogueriento en jefe el proximo 26..?
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