La bobería nacional, la infinita sanaquería local. Esas banderas cubanas que aparecen en cuanto concierto o video clip se hace en Cuba ya debían darme una pista en un país donde todo el que puede trata de conseguirse un pasaporte de cualquier otro. Una crónica de un escritor mexicano de visita a Cuba y de sus encuentros entre colegas del patio, tipos que calculan al detalle el efecto de sus premios entre el resto del gremio y a los que una habitación con aire acondicionado los puede convertir en sumos pontífices de las letras nacionales. "Se habla de los escritores que se van y publican, que logran reconocimiento internacional, pero se habla poco de muchos que se fueron y no han podido escribir. Con la idea de la literatura que tenían aquí no pueden publicar allá, tienen que hacer concesiones" dice alguien. "Es el caso de Lino Novás Calvo, por ejemplo, o de Enrique Labrador Ruiz, desgraciadamente no escribieron nada que valiera la pena fuera, no les fue bien" dice otro. La explicación a la supuesta parálisis literaria allende los mares parece ser capturada en su más justa dimensión por Alberto Garrandés, el mismísimo Oráculo del Aire Acondicionado:
—La Habana es una ciudad pendular —teoriza Garrandés, usando las manos como instrumento epistemológico—, es una ciudad absolutamente novelesca, es pura intensidad novelística. En esta ciudad el diálogo está a flor de piel, la escritura está en el aire —y con las manos simula atrapar las novelas que flotan en la atmósfera de La Habana.Más que telúrico -como ocurría con los que antes se aferraban a la tierra como máximo argumento literario- el razonamiento es eólico. La literatura cubana está en el aire (si es acondicionado, mejor), pero en un aire circunscrito a la atmósfera de la isla: el que salga se asfixia como un pez en tierra. Incluso escritores hechos y derechos. Que Cervantes o Tolstoy escribieran buenas novelas sin respirar ese aire sólo lo explica un milagro. Que la mayor parte de lo mejor de la literatura cubana se haya escrito fuera del país es mero espejismo. Un aire con muy poco contenido de oxígeno si uno se guía por la cantidad de tonterías que se reproducen en el reportaje. Por suerte no son todos, no todo parece perdido. A esos pues hay que aferrarse como Luke Skywalker a Obi Wan. Como la última esperanza.
Bro, debe ser por eso mismo que las cosas (oigan cómo suena: "las cosas") de Garrandés no hay quién se las dispare.
ResponderEliminarGarrande qué? Quién péndulo es ese?
ResponderEliminarHola Enrisco,
ResponderEliminarSegún email que me manda Vint Cerf (email genérico, por supuesto, ya quisiera yo conocer a ese tipo) me dice:
"(...)Some governments sought to use the recent meeting of the International Telecommunication Union in Dubai to increase censorship and regulation of the Internet. At the conclusion of the meeting last Friday, 89 countries signed the treaty, while 55 countries said they would not sign or that additional review was needed. We stand with the countries that refused to sign, and we stand with you.(...)"
...Y en esta web se ve los que firmaron y los que no.
http://www.itu.int/osg/wcit-12/highlights/signatories.html
Lo interesante del caso no es que Cuba, firmara, sino que lo hicieran Haití, Brasil, Jamaica?
Casi que se puede tener una idea de cuáles países pertenecen al siglo 21 y cuáles sólo pretenden.
Que tengas Felices Navidades y próspero Año Nuevo.
Yo ni llegué a esa parte.
ResponderEliminarMuchas felicidades para todos.
Besitos.