Los 10 mandamientos del inmigrante

En 1952 exiliados húngaros en Argentina publicaron un folleto titulado Los 10 mandamientos del inmigrante que consistían en los siguientes puntos:

1. No olvides nunca que eres húngaro, -pero recuerda siempre, que tu patria adoptiva te brinda todo aquello, que tu subyugada tierra natal no puede despilfarrar en ti.

2. No te apenes por lo que ya fue; afánate por lo que será.

3. No creas que a los inmigrantes en otros países les va mejor que a ti: no fatigues a tus amigos de allá con cartas agobiantes. Cada uno ya tiene sus propios problemas.

4. No sueñes con un mañana diferente. Solo tu trabajo de hoy puede mejorar tu mañana.

5. Si tus cosas van mal, no es solamente porque eres un inmigrante y porque no tienes un capital. Si fuera cierto, entonces antes te iba bien únicamente porque no eras un inmigrante y tenías capital. No subestimes tu propio valor interno.

6. No anuncies a los cuatro vientos las penurias de la emigración. No intentes capitalizar la pena que los demás sienten por ti.

7. No hagas ostentación del hecho de que solo te contactas con extranjeros. Nadie te va a apreciar más por ello.

8. Si no estás de acuerdo con una asociación húngara, o un periódico, hazte a un lado en silencio, y no fundes otro.

9. Alégrate, si ves que a tu compañero inmigrante le va bien. Por el contrario, que tus deseos de progreso no sean únicamente para despertar la envidia de los demás.

10. Por el hecho de haber emigrado, no perdiste tu rango, ni tus títulos, ni tu capacitación anterior. – Pero tampoco obtuviste otros nuevos, sin derecho, por el solo hecho de ser un inmigrante. Sigues siendo, lo que fuiste: Hombre.